La mochila es un elemento clave en la vida diaria de estudiantes, tanto de educación básica, media y superior. Por lo tanto, escogerla merece una consideración especial para prevenir futuros problemas de salud.

A medida que se acerca el año escolar, la atención de padres y apoderados se centra en la adquisición de materiales como el uniforme, los útiles escolares y la mochila. Sobre esta última, ¿sabes en qué fijarte cuando se trata de elegir la mochila para el colegio?

Karina Castro, kinesióloga infantil de Clínica Las Condes, enfatizó la importancia de seleccionar adecuadamente este accesorio.

“Si los estudiantes cargan sobre sus hombros una mochila cuyo contenido tenga un peso superior al adecuado para su contextura corporal, aumenta el riesgo de lesiones”, alerta la especialista. Por lo tanto, es crucial tener en cuenta el tamaño, los accesorios, el peso y el tiempo de uso de la mochila para asegurar la elección más acertada.

En qué fijarse al elegir o utilizar una mochila para el año escolar

Una regla infalible para determinar el peso máximo que un niño puede llevar en su mochila es la del 10% de su peso corporal.

Por ejemplo, un niño de 25 kilos no debería cargar una mochila que exceda los 2,5 kilos. Esta medida previene el riesgo de sobrecargar y provocar lesiones o malestares musculares. Estos pueden ir desde contracturas en cuello, hombros y espalda, hasta cambios anatómicos posturales que podrían desencadenar patologías crónicas.

Además de considerar el peso, es importante prestar atención al tamaño de la mochila. Una demasiado grande puede incitar a llenarla en exceso. La elección adecuada de la mochila y su uso correcto son fundamentales para evitar estas complicaciones.

Para garantizar el uso seguro y ergonómico de la mochila escolar, se recomienda seguir estas pautas:

Peso: Incluyendo los materiales, la mochila no debe superar el 10% del peso corporal del estudiante.

Correas: Deben ser acolchadas y anchas para una distribución uniforme del peso. En esa línea, es esencial utilizar ambas ajustadas simétricamente para evitar la tensión muscular y posibles daños en la columna.

Estabilidad: Un cinturón abdominal puede ofrecer mayor estabilidad y distribuir el peso de manera más uniforme.

Al utilizar la mochila, se deben colocar los objetos más pesados cerca de la espalda y los más livianos hacia los hombros.

Además, se sugiere que el niño no lleve la mochila por más de 15 minutos seguidos. Esto, cuidando mantener una postura con la espalda recta, evitando curvarla al cargar la mochila.

Para aquellos que prefieren las mochilas con rueditas, la recomendación es optar por modelos que se puedan empujar en lugar de jalar, para minimizar el riesgo de lesiones en las articulaciones del hombro, muñeca y codo.