Los olores pueden influir en diferentes aspectos del comportamiento humano. Algunos estudios han demostrado los efectos que el olfato tiene en situaciones de la vida cotidiana, incluso en la elección de nuestras amistades o sentimientos.

Los animales usan su olfato para diferentes funciones, tales como detectar el peligro, encontrar comida o pareja. Pero, en el caso de los humanos, este sentido y los olores tienen algunos efectos poco conocidos en el comportamiento.

A mediados del siglo XIX, el anatomista Paul Broca atribuyó al ser humano un olfato poco desarrollado y que probablemente podrían prescindir de los olores como portadores de información.

Sin embargo, lo que olfateamos a diario influye y tiene un impacto en el comportamiento de las personas.

El olor de las lágrimas y los sentimientos

Según Laura Schäfer, asistente de investigación en la Clínica de Psicoterapia y Psicosomática de la Universidad Técnica de Dresde, “el sentido del olfato es el más antiguo del sistema de percepción humano y está directamente relacionado con el sistema límbico, la zona del cerebro donde se procesan las emociones”.

Por ello, los olores tienen una influencia directa en nuestros sentimientos y comportamientos.

En tanto, el neurobiólogo israelí Noam Sobel describió en un estudio que el olor de las lágrimas de una mujer provocaba un descenso en el nivel de testosterona de los hombres. Esto se asoció a una menor excitación sexual en la mayoría de los hombres.

Las lágrimas contienen una señal química que nos impacta, aunque solo podemos percibirla inconscientemente a través de nuestro sentido del olfato.

De forma igualmente inconsciente, podemos leer el miedo, la agresión, el estrés y la felicidad en el olor corporal de otras personas.

La elección de una pareja también se hace con la ayuda de la nariz, e incluso las amistades encuentran uno de sus orígenes en el olor corporal.

El olor de la amistad

Inbal Ravreby, que trabaja con Noam Sobel en el Instituto de Ciencias Weizmann de Israel, publicó recientemente otro estudio al respecto.

“Sabemos que los amigos suelen parecerse en muchos aspectos. Son similares en personalidad, pero también suelen ser genéticamente similares. Por eso, queríamos saber si es más probable que nos hagamos amigos de personas cuyo olor corporal es similar al nuestro”, explicó Ravreby.

Los investigadores analizaron el olor corporal de las personas que ya eran amigas y descubrieron que estos tenían un olor similar. No obstante, el olor corporal solamente podría jugar un papel menor en la elección de los amigos.

Los expertos también verificaron esto y analizaron los olores corporales de varias personas de la prueba para luego hacer una predicción sobre qué personas tenían más probabilidades de “congeniar” entre sí.

Para determinarlo, los investigadores utilizaron el llamado “juego de los espejos”. En este experimento, dos personas se sitúan frente a frente, no pueden hablarse e intentan reflejar los movimientos de las manos y los brazos del otro.

Cuanto mejor se entiendan dos personas, es decir, cuanto más “congenien”, más fluidos y sincronizados serán sus movimientos. “En el 71 por ciento de los casos, la predicción fue correcta”, afirmó Ravreby.

Esta enorme influencia del olor corporal sorprendió incluso al investigador. Según Inbal Ravreby, estas cosas influyen en el olor corporal, pero todos tenemos un olor único, como una huella dactilar.

“De hecho, nos gusta el olor de un champú o de un perfume cuando resalta componentes de nuestro propio olor corporal”, aseguró.