El estudio descubrió que los pacientes que han enfermado por coronavirus pueden presentar cambios en el cerebro. Sin embargo, los investigadores requieren de un mayor tiempo para conocer los reales impactos del virus en la función cerebral.

Tras dos años de pandemia, diversos han sido los estudios que evidencian los efectos de la covid-19 en el cuerpo humano. Recientemente, uno de ellos sugirió que el virus puede ocasionar cambios en el cerebro.

Esta nueva investigación, publicada el lunes en la revista Nature, reveló que las personas que se han contagio de SARS-CoV-2 presentan una reducción del tamaño del cerebro, específicamente de la materia gris de este órgano.

Para llegar a este hallazgo, los expertos realizaron resonancias magnéticas a un total de 785 individuos. De este grupo, 401 personas se habían enfermado de covid-19 y los 384 individuos restantes no tuvieron el virus.

“Nos sorprendió bastante ver diferencias claras en el cerebro incluso con una infección leve”, señaló Gwenaëlle Douaud, profesora asociada de neurociencias en la Universidad de Oxford, a la cadena CNN.

Según la experta de Oxford, a medida que se envejece es común las personas pierden entre “un 0,2% y un 0,3% de materia gris” todos los años en zonas del cerebro vinculadas a la memoria.

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No obstante, los resultados arrojaron que los pacientes que tuvieron coronavirus redujeron su volumen entre un 0,2% y un 2% adicional en comparación los no infectados.

Para contrarrestar el análisis de las imágenes cerebrales se aplicó un examen llamado Trail Making Test, cuyo objetivo fue evaluar la velocidad de procesamiento y las funciones cognitivas de los participantes.

Los resultados del test evidenciaron que las personas que padecieron covid-19 tuvieron un desempeño muchos más bajo en relación a los individuos que no se infectaron.

Un análisis paulatino del fenómeno para resultados más específicos

Douaud especificó que los cambios anormales observados en los participantes infectados “podrían estar relacionados en parte con su pérdida de olfato, es posible que su recuperación lleve a que estas anomalías cerebrales sean menos marcadas con el tiempo”.

Y agregó que “es probable que los efectos nocivos del virus (ya sean directos o indirectos a través de reacciones inflamatorias o inmunitarias) disminuyan con el tiempo tras la infección”.

Pese a que el estudio entrega resultados interesantes para la comunidad científica, no se puede establecer fehacientemente el real impacto entre la infección y la función cerebral.

Por el momento, los resultados obtenidos corresponden solo a una radiografía clara de un momento determinado, por lo que es necesario volver a realizar pruebas en el futuro para obtener conclusiones más exactas.

No obstante, los hallazgos “plantean la posibilidad de que las consecuencias a largo plazo de la infección por SARS-CoV-2 puedan contribuir con el tiempo a la enfermedad de Alzheimer u otras formas de demencia”, comentaron los científicos.