La modelo y actriz reapareció en las redes sociales donde mostró su transformación.

La ex supermodelo y actriz Linda Evangelista reapareció en su Instagram después de 5 años de haber dejado la vida pública y lo hizo para contar cuáles son los estragos que ha tenido la Hiperplasia Adiposa en su cuerpo.

Evangelista realizó una entrevista y fue portada de la última edición de la revista People donde mostró por primera vez los efectos de la enfermedad que la sacaron del mundo del modelaje.

¿Qué es el CoolSculpting?

Fue entre el 2015 y 2016 que la supermodelo de 56 años se sometió a varias sesiones de CoolSculpting de Zeltiq, un tratamiento de criolipólisis para reducir grasa pero, que lamentablemente, en Linda tuvo el efecto contrario.

El CoolSculpting consiste en “congelar” la grasa que se acumula en el cuerpo y destruirla, el tratamiento además promete no causar lesiones cutáneas ni tisulares que suceden con otros procedimientos.

La hiperplasia adiposa de Linda Evangelista

No obstante, en la supermodelo produjo hiperplasia adiposa paradójica (HAP), una enfermedad que empezó a notar meses después de las sesiones cuando encontró protuberancias que se endurecían y perdían sensibilidad en las partes del cuerpo que había intentado reducir, como la barbilla, los muslos y el área del pecho.

“Aumentó mis células de grasa y me deformó de forma permanente, incluso después de pasar por dos cirugías correctoras muy dolorosas sin éxito. Me han dejado, como ‘irreconocible’, fue lo que dijo la actriz en su momento.

La enfermedad que afecta a la Evangelista es un efecto adverso del procedimiento que aflige al 1% de los pacientes y no tiene cura.

Ahora Evangelista en conversación con People señaló: “Me encantaba estar en la pasarela. Ahora temo encontrarme con alguien que conozco. No puedo vivir más así, escondiéndome y avergonzada. Simplemente no podía vivir con este dolor más tiempo. Estoy dispuesta a hablar, finalmente”.

La supermodelo se encuentra actualmente en medio de un proceso judicial con la empresa Zeltiq por no informar de este efecto secundario del procedimiento. Por ello Evangelista pide 50 millones de dólares.