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Un violento robo sacude a una familia en Maipú, donde delincuentes ingresaron a una vivienda en calle El Fagot y agredieron a un adolescente de 16 años que se encontraba solo, provocándole contusiones. Los ladrones sustrajeron bienes por valor de 4 millones 500 mil pesos, incluyendo un computador, lentes ópticos, y un parlante Samsung. Julio Álvarez, padre de la víctima, relató que su hijo fue golpeado y solicitado que se mantuviera en silencio, además de interrogar sobre una caja fuerte inexistente. A pesar de desmontar las cámaras de seguridad internas, las cámaras externas en la plaza contigua captaron imágenes del vehículo y su patente. La familia cuestiona si los ladrones contaban con información previa, mientras la Brigada de Investigación de Robos (BIRO) de la PDI Metropolitana asume el caso. El adolescente, traumatizado, perdió también sus lentes en el incidente.

Un violento robo afectó a una familia de Maipú este miércoles, cuando delincuentes ingresaron a una vivienda en calle El Fagot y agredieron a un adolescente de 16 años que se encontraba solo al interior. Los sujetos registraron la casa y sustrajeron bienes por un avalúo preliminar de 4 millones 500 mil pesos.

Julio Álvarez, padre de la víctima, detalló que su hijo estaba jugando en el segundo piso de la casa cuando los ladrones irrumpieron.

Le dijeron que se quedara callado y le pegaron en la cabeza y el brazo”, relató. El joven sufrió contusiones, pero se negó a recibir atención médica inmediata por el shock del incidente.

Los delincuentes se llevaron un computador, lentes ópticos y un parlante Samsung de gran tamaño. Además, insistieron en preguntar por una caja fuerte que la familia asegura no tener. “Somos trabajadores comunes, no tenemos cosas de lujo”, afirmó Álvarez.

Cámaras cercanas captaron a delincuentes

El ataque ocurrió a rostro descubierto, pese a las cámaras de seguridad instaladas en la propiedad. Los ladrones desmontaron los dispositivos internos, pero ignoraron que cámaras externas de la plaza contigua captaron imágenes del vehículo y su patente. “Quedó todo grabado”, destacó el padre.

Álvarez llegó más temprano del trabajo y encontró a su hijo “corriendo como loco” afuera de la casa, alertando a los vecinos. “Tratamos de cuidarnos entre todos, pero al final no sirvió”, lamentó. La familia reforzó previamente su seguridad con portones y focos, medidas que resultaron insuficientes.

Los vecinos atendieron al joven tras el robo y lo resguardaron dentro de una vivienda cercana. “Nadie escuchó quejas ni ruidos durante el asalto”, precisó el progenitor.

El hecho sorprende al sector, donde no se reportaban robos graves en el pasaje desde hace años. La víctima cree que los delincuentes pensaron que la casa estaba vacía. “Todo estaba cerrado y el aire acondicionado encendido, pero mi hijo estaba adentro”, manifestó.

La Brigada de Investigación de Robos (BIRO) de la PDI Metropolitana quedó a cargo del caso. Las imágenes de las cámaras externas podrían ser clave para identificar a los implicados.

Cuestionamientos de la familia por posible dato

Álvarez cuestionó si los ladrones actuaron con información previa. “Uno empieza a desconfiar; quizá sabían que no había nadie”, reflexionó. Sin embargo, descartó el uso de armas durante el asalto.

El trauma del joven se suma a la pérdida material. “Se llevaron hasta los lentes que él usaba”, dijo el padre conmocionado.

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