Desolación. Esa fue la palabra más empleada por los alcaldes de Santiago y Puente Alto tras los hechos de violencia registrados durante la conmemoración del primer año del estallido social.

La quema de iglesias, locales saqueados y la destrucción del mobiliario público volvieron a manchar la masiva convocatoria de Plaza Baquedano.

El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, dijo que cerca de 30 mil vecinos revivieron la pesadillo de octubre de 2019. A su juicio, en contraste al reporte entregado por el Gobierno, “faltó acción, solidarizo con Carabineros y la tremenda pega que tienen, pero qué pasa con el Estado, contemplativos mirando a través de las cámaras como saqueaban y destruían los barrios”.

Cuestionó que no hubiera un rol más activo, por eso recalcó que el rol del Estado, el Gobierno, es “prever que no se vuelvan a repetir estos hechos de violencia (…) a mis vecinos les digo que Santiago no va a ser una zona de sacrificio.

Indicó que las situaciones registradas ayer eran predecibles. “Celebro el actuar apegado a los protocolos internacionales, pero condeno con fuerza como arrasaron con barrios tradicionales”.

Es más, emplazó directamente al ministro del Interior, Víctor Pérez, quien anoche destacó la estrategia policial empleada, destacando que no hubo daño a la infraestructura crítica, como el Metro y la red de transporte público.

“A Víctor Pérez le digo qué pasó con las iglesias, los supermercados, Lápiz López, Petrobras, el parque San Borja con las rejas sacadas de cuajo, la quema de árboles, la destrucción de basureros (…) qué pasa con los vecinos, los locatarios, con los centros culturales, qué pasa con ellos”.

Dijo que, sin ser policía, sin ser de inteligencia, era predecible. “Le he solicitado más presencia policial que hubiera evitado saqueos, destrucción, vandalismos”, agregó.

“Dónde están esos 40 mil hombres, que pasó después de la hora del toque de queda, qué pasó que siguieron las barricadas, que siguió el saqueo”, cerró.

Puente Alto

Otro de las comunas más afectadas por actos vandálicos fue Puente Alto, donde turbas atacaron una comisaría y varios locales comerciales.

El alcalde Germán Codina indicó a Expreso Bío Bío que “nosotros consideramos que esta violencia no tiene nada que ver con el movimiento social que tiene demandas legítimas que uno comparte”.

Indicó que “es inaceptable que haya personas que hacen vandalizar infraestructura pública pero también a los comerciantes del centro”, agregando que el ataque a la comisaría fue “brutal” y que incluso algunos descolgados saquearon una biblioteca para niños.

“Si queremos que haya un proceso democrático que sea reflexivo donde de verdad se aprenda de los errores del pasado y se pueda construir un Chile mejor para las nuevas generaciones, no se pueda avalar ni justificar la violencia”, emplazó.

Al igual que su par en Santiago, Codina dijo que “nosotros tenemos una demanda histórica que tiene que ver con la distribución equitativa de las dotaciones policiales”.

Consideró que es necesario “redistribuir distinto las dotaciones y recursos logísticos que utiliza Carabineros para no sólo el orden público sino para perseguir el narcotráfico y la delincuencia habitual”.

Precisó que, si bien la institución arrastra una deslegitimación, eso “no puede inhibir la acción de Carabineros cuando (…) son grupos pequeños que son violentista, que actúan, destruyen y restringen las libertades del resto, nosotros debemos permitir que carabineros pueda actuar”, enfatizó.