Su preocupación mostró uno de los integrantes de la familia que vive en el fundo San Miguel de Alto Bío Bío, quienes están viviendo una verdadera cuenta regresiva tras la amenaza efectuada por encapuchados para que hagan abandono del lugar, en un plazo que vence este sábado.

Philipp Wild, integrante de la familia que reside en el fundo San Miguel en Alto Bío Bío, se refirió a la ocupación de dicho terreno por parte de desconocidos, pese al desalojo concretado hace unos días, sumado al ultimátum que le fijaron encapuchados para que hagan abandono del lugar, plazo que se cumple este sábado.

En diálogo con Radio Bío Bío, Wild señaló que “aquí estamos con protección policial, asustados, aquí no se puede hacer nada, porque los encapuchados están muy cerca de la casa (…) No es vida”.

Consultado sobre la nueva toma que se concretó en el lugar durante el fin de semana, esto pese al desalojo ocurrido el pasado jueves y la protección policial decretada por el Ministerio Público, manifestó que “el desalojo nunca resultó bien, si siempre está tomado”, añadiendo que dicho fundo pertenece a su familia desde 1977, estableciendo su domicilio fijo el 2000 en el lugar.

En lo referido a inconvenientes previos en ese lugar, Wild explicó que “no es la primera vez, si hace cinco años -si se recuerdan- tuvimos un atentado, en que nos han quemado muchas cosas como caballerizas, cinco caballos que nos han matado”.

“Nosotros con el Gobierno hemos hablado, y el Gobierno dijo que no es verdad lo que (los comuneros) quieren pedir, porque no es tierra indígena”, añadió.

Respecto a un posible diálogo con los responsables de la toma, Philipp Wild afirmó que “el primero día que entraron al fundo ahí conversamos con ellos, y ahí ya nos han dicho muy claro que nos quieren dar tres semanas para que podamos desalojar el fundo, y después de tres semanas -que es el sábado que viene- tenemos que estar fuera, y si no, lo hacen a la buena o a la mala”.

Asimismo, señaló que los encapuchados ya se encuentran el interior de la propiedad a unos 100 metros de la casa, acotando que “estamos muy apretados, cada vez entrar y salir del fundo es como un milagro” (…) El otro día yo salí y le dispararon al camión”.

“Uno trata en la política preguntar sobre qué hay que hacer en un momento así, pero está todo trámite, nadie sabe bien qué hacer”, precisó.

Finalmente, Wild indicó que “casi no se duerme, es muy complicado. Uno no puede dormir, porque está muy preocupado sobre lo que va a pasar en el futuro (…) Uno está paralizado, esperando que el Gobierno traiga alguna solución”.

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