Trabajadores de Línea Azul todavía esperan por el pago de sus finiquitos en Chillán, que hace un mes les viene prometiendo la empresa.

En la Inspección del Trabajo hay dos denuncias desde que ocurrió el fatal accidente que llevó a la autoridad a suspender los servicios.

Convertida en una empresa fantasma tras la tragedia en que murieron 6 personas y que develó una serie de irregularidades como adulteración de patentes de sus máquinas, Línea Azul tiene en la incertidumbre a su personal.

Choferes y auxiliares no han tenido una respuesta clara. Al taller, que funciona también como oficina en la ciudad de Chillán, llegan a diarios decenas de trabajadores en busca de una respuesta.

La autoridad de transporte dejó sin recorrido a la firma mientras se investiga todo su historial de faltas, y en este escenario es insostenible la continuidad de quienes allí laboraban.

Uno de los auxiliares de Línea Azul, comenta que hay cerca de 50 personas que no han recibido el sueldo de julio, que les deben también tres meses de cotizaciones y que están imposibilitados de trabajar en otra empresa porque no les dan su finiquito.

El auxiliar de máquina señala que muchos provienen de Parral, Concepción, Yumbel, Talca, y Linares, e incluso extranjeros quienes ya no pueden pagar arriendo debido a la deuda que Línea Azul tiene con ellos.

Este miércoles hicieron una toma pacífica de las dependencias, exigiendo tener una respuesta y no solo evasivas, se quejó Alexander Pinilla, vocero de los conductores de la empresa.

Yeniffer Ferrada, seremi del Trabajo y Previsión Social de la región de Ñuble, indicó que solo cuentan con dos denuncias laborales contra la empresa, pero que han estado acompañando y asesorando a los trabajadores.

El dueño de la empresa, Marcelo Hernández, sigue detenido en medio de la investigación del accidente que lleva a cabo la Fiscalía de Rancagua.

A su vez, este miércoles se iba a realizar en Graneros una audiencia para revisar su prisión preventiva, sin embargo fue aplazada para el 10 de septiembre.