El Obispado de Ancud se refirió por primera vez al sobreseimiento judicial en el caso del incendio de la Iglesia San Francisco de Ancud.

Fue el 23 de junio de este año cuando el Ministerio Público solicitó al Tribunal Oral en lo Penal el sobreseimiento definitivo de la causa del incendio, el cual fue provocado, de acuerdo a los antecedentes de la investigación, y que afectó a la iglesia patrimonial el 22 de enero de 2020.

Según detalla el comunicado, las razones del Ministerio Público para solicitar el sobreseimiento tienen relación con la exclusión de la prueba considerada esencial para la participación del acusado por el delito de incendio.

Desde el Obispado señalaron que “como víctimas lamentamos profundamente la decisión del ente persecutor, las que se encuentran fundadas en exclusión de prueba realizada por el Tribunal de Garantía de Ancud y confirmadas por la Corte de Apelaciones de Puerto Montt. Estos tribunales consideraron ilegales diligencias realizadas el mismo día de ocurridos los hechos”.

“El Obispado de Ancud deplora que la decisión se funde en falencias de la investigación realizadas por el Ministerio Público y los órganos auxiliares de éste, quienes no realizaron un trabajo profesional adecuado, afectando garantías constitucionales del acusado, todo lo cual se tuvo como fundamento en la exclusión de prueba realizada por nuestros tribunales de justicia”, argumentan en el escrito.

La institución afirmó que entienden que las garantías fundamentales deban ser respetadas en un estado de derecho, por lo que aceptan que la obtención de pruebas no debió infringir la ley.

No obstante, enfatizaron en que “nos encontramos profundamente molestos y dolidos por el actuar del ente persecutor y los órganos auxiliares, puesto que la deficiencia en su trabajo afectó el resultado del juicio”.

Lo anterior, aseguran “trajo como consecuencia que un hecho tan grave como el incendio intencional de la iglesia San Francisco de Ancud quede impune habiendo tenido pruebas para alcanzar la verdad y la justicia adecuada”.

Finalmente, señalaron que si bien en el espíritu del Obispado prima el perdón cristiano, “no podemos dejar de sentirnos decepcionados por quienes deben administrar justicia en hechos tan graves como los ocurridos. El perdón no excluye la necesaria verdad y justicia para estos delitos como otros que afecta a nuestra sociedad chilena”.