El machi Celestino Córdova denunció persecución por parte de gendarmes al interior del Centro de Estudio y Trabajo (CET) de Vilcún, donde cumple condena por el homicidio del matrimonio Luchsinger-Mackay.

Desde fines de agosto, cuando terminó una extensa huelga de hambre y tras llegar a un acuerdo con el Gobierno, Celestino Córdova, ingresó al CET donde ha acusado una serie de irregularidades.

Primero fue insalubridad con el agua potable del recinto y ahora persecución por parte de Gendarmería, responsabilizándolos de tratar de imponer creencias religiosas.

Cristina Romo, vocera del machi, aseguró que hay dos funcionarios responsables del CET que promueven su fe individual al resto de los internos, transgrediendo la cosmovisión del pueblo mapuche, en el caso puntual de Córdova.

“La alcaide a cargo, Jésica Rivas, junto a Exequiel Sánchez son los dos funcionarios que son evangélicos y que constantemente pretenden imponer su fe a todos los internos del lugar (…) justifican su accionar represivo en base a la fe”, indicó.

En paralelo, Romo aseguró que Celestino Córdova ha sido sometido a procedimientos irregulares, incluso, aislado en una celda de castigo

La Radio contactó al equipo de comunicaciones de Gendarmería en La Araucanía para conocer su versión respecto de la denuncia. Hasta la publicación de esta nota no ha habido respuesta.