Una situación difícil que ha llevado a los dirigentes a buscar soluciones entre las distintas autoridades, solicitando la entrega de agua a través de camiones aljibes. Un pedido que aún no se ha materializado.

Desde el mes de mayo, alrededor de 3 mil familias de Tambillos, sector rural de Coquimbo, se han visto afectados por problemas en la continuidad del suministro de agua potable.

Situación que es el resultado de la disminución del caudal en los pozos que abastecen al sistema de Agua Potable Rural (APR) de la localidad, como consecuencia de la sequía. Y es que la zona presenta un déficit de 20,000 litros diarios, lo que ha generado racionamientos, con la consiguiente la inquietud y preocupación entre los residentes a medida que se acerca la temporada estival.

Actualmente el cobro que realiza el APR a los usuarios por el servicio es mínimo, lo que hace imposible contar con recursos económicos, que permitan adquirir agua de terceros para compensar la insuficiencia en el suministro de agua.

Una situación difícil que ha llevado a los dirigentes a buscar soluciones entre las distintas autoridades, solicitando la entrega de agua a través de camiones aljibes. Un pedido que aún no se ha materializado.

Gerald Bordones dirigente del Servicio Sanitario Rural de la localidad explica, que “desde el año pasado que estamos con un déficit de agua, teníamos dos pozos, uno de ellos se secó y ahora solo contamos con uno que no da abasto.

El directivo comentó que se han comunicado con los organismos correspondientes a la Dirección de Obras Hidráulicas y con el municipio -que hizo una encuesta-, pero “han pasado los meses y hasta ahora no hemos tenido respuesta a nuestro requerimiento de que nos apoyen con camiones aljibes”.

“Acá la gente piensa que no estamos haciendo nada, pero hemos buscado todas las instancias para continuar con el servicio, estuvimos comprando agua, pero para un APR de escasos recursos no nos alcanza. Si seguíamos comprando agua en dos meses quedábamos en quiebra, porque necesitamos seguir pagando a los operadores, la luz y los suministros para que el sistema siga funcionando”, precisó.

En cuanto a los racionamientos, el dirigente comenta que al final del día ya no queda nada de agua para seguir con la distribución a la población, “el pozo en la noche no alcanza a cargarse mucho, en invierno tuvimos un poco más de agua que nos permitía cargar un poco mas el pozo, pero ahora las napas ya bajaron su caudal. Ya no da más”.

Para Margarita Carvajal, vecina de Tambillos, la única forma de suplir la disminución en el caudal del pozo, es el abastecimiento por acarreo de agua.

“El sector de Santa Cecilia, que está en la parte alta de la localidad, está aún más complicado, porque el agua llega sin presión, porque el estanque que tenemos, está más abajo y como no tiene el agua suficiente, no logra impulsar el agua con fuerza. Tiene que estar el estanque lleno para que el agua pueda subir hacia ese sector, pero producto de la sequía es casi imposible que se llene el estanque”, explica.

Por su parte, Laura Araya, otra vecina del sector, comenta que el problema se arrastra hace ya varios meses. “Nosotros que nos encontramos en el sector más alto, nos llega el agua tres a cuatro horas al día y las personas que están en el centro le llega un chorrito de agua que no le alcanza ni para lavar, ni para bañarse, ni para que prenda el calefont“.

“Es una situación difícil y no vemos soluciones de parte de dirigentes, ni de autoridades. Nosotros somos personas de bajos recursos y no tenemos la opción de comprar agua, porque es muy caro”, agregó Laura Araya.

“Es una situación frustrante, porque nadie nos toma en cuenta. No nos dan solución. Tambillo es un pueblito donde también tenemos gente, hay niños chicos, hay escuelas, hay postas, no todo debe centralizarse en Coquimbo urbano, nosotros también necesitamos el agua”, reflexionó Gerald Bordones.