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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Giorgio Jackson, líder del Frente Amplio, realizó una autocrítica tras la victoria de José Antonio Kast, reconociendo la necesidad de reflexionar sobre el fracaso en las elecciones. En un extenso documento, destacó la relevancia del estallido social y la pandemia en el escenario político chileno, así como los errores evitables del gobierno, incluyendo la gestión en la Convención Constitucional y casos de corrupción. A pesar de las críticas, Jackson también resaltó logros como el aumento de pensiones, salario mínimo e implementación de reformas durante los 4 años de gobierno.

Bajo un documento titulado “El fin de un ciclo, ¿qué esperar ahora? Algunas pistas para procesar las elecciones de Chile”, el exministro Giorgio Jackson compartió sus reflexiones tras el triunfo de José Antonio Kast (Partido Republicano) en el balotaje. En ese sentido, el líder del Frente Amplio hizo una serie de autocríticas.

Citando a la excandidata Jeannette Jara y también al director técnico Marcelo Bielsa, Jackson aseguró —en el documento que comenzó a circular en la interna de la colectividad— que “hay una necesaria autocrítica que hacer” y que “el éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peores, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes”.

Las reflexiones del exministro Jackson tras balotaje

Entre los puntos que abordó está el estallido social, al que califica como “la cúspide de ese proceso de movilización” que “abrió una disputa interpretativa que aún marca la política chilena”. Continúa con la pandemia.

A su juicio, “no congeló el conflicto: lo transformó. Irrumpió en medio del reordenamiento político abierto por el estallido y alteró tanto la subjetividad ciudadana como el calendario institucional”. Sigue el fracasado proceso constitucional del año 2022.

“Fue el intento más ambicioso de traducir institucionalmente el malestar expresado en la revuelta de octubre. Su doble fracaso, sin embargo, puede ser atribuida a la convergencia de tres planos generales”, planteó. A esto, complementó que “la Convención funcionó también como una continuidad del estallido social: expresiones identitarias, performances públicas, ímpetu de revancha y tensiones entre lo constituido y lo por constituir (López Moreno 2024). Tanto en las formas como en el fondo”.

Por consiguiente, se habría generado “la brecha con la ciudadanía”. Esto, pues “la opinión pública se movió con rapidez: la interrupción del himno al comienzo, el escándalo de Rodrigo Rojas Vade y su falso cáncer, los disfraces en el salón del Congreso, convencionales votando desde la ducha o una performance de campaña del Apruebo que incluía, sí, sacarse una bandera chilena del ano”.

La autocrítica sobre el gobierno

En el documento de 18 páginas, el extitular de la Segpres planteó que —en cuanto a mea culpa de la actual administración— hubo hitos que considera como “errores evitables” que perjudicaron la gestión e imagen del gobierno.

“Dentro de este grupo, se pueden observar tanto las erráticas señales iniciales en la conformación de la coalición y los equilibrios en el comité político y en el gobierno; la ausencia de un rol más activo en el proceso constitucional una vez finalizada la segunda vuelta; mi rol en la Segpres como barrera para la consolidación de confianzas en la coalición, agravados por las torpes declaraciones sobre la “escala de valores y principios”; la frustrada y errática incursión en Temucuicui en las primeras semanas de gobierno; el desprolijo proceso de indultos presidenciales a presos durante el estallido social; el error de cálculo en el rechazo de la reforma tributaria; la fallida y evitable compra de las casas de los ex presidentes Aylwin y Allende que terminó con la renuncia de la Ministra Fernández y la cesación del cargo de la Senadora Isabel Allende; o la aplicación de una metodología errada que ampliaba —aunque en el margen— el alza de precios de la luz, que terminó con la renuncia del ministro Pardow”, escribió.

Además de lo anterior, el integrante del Frente Amplio pone foco en dos episodios que “merecen detención especial”, a su juicio: caso Convenios y el caso Monsalve.

Sobre el primer caso, relató que “en junio de 2023 un medio emergente publicó que una fundación liderada por militantes de Revolución Democrática celebró en Antofagasta un convenio por 426 millones de pesos con el ministerio de Vivienda, cuyo representante regional también era militante del mismo partido. El problema era doble: esa fundación no contaba con la experiencia requerida para conseguir ese contrato, y quienes estaban involucrados en la firma eran parte de un mismo círculo de relaciones interpersonales, lo que advertía un problema grave de probidad”.

“Más allá de la expulsión del partido a los involucrados, las esquirlas del caso fueron dirigidas por la oposición hacia mí, en tanto fundador del partido y Ministro de gobierno, por lo que a los dos meses —y tras el insólito robo de computadores en el Ministerio que dirigía— la presión opositora hizo ver que no se sentaría con el gobierno si yo continuaba en mi cargo, por lo que presenté mi renuncia indeclinable. Más allá del desenlace personal y de que una vez investigados todos los programas de traspaso de recursos a fundaciones aparecieron una cantidad importante de irregularidades demostrables, particularmente en el Gobierno Regional de la Araucanía, este episodio marcó buena parte de la gestión posterior del gobierno, tanto en la parte práctica de poder trabajar con el tercer sector en desafíos comunes, como en la línea narrativa frente a la ciudadanía. Tras más de dos años ha quedado en evidencia que todas las acusaciones realizadas en mi contra eran absolutamente falsas, al punto que el Senador Espinoza y el empresario Errázuriz tuvieron que retractarse de sus dichos ante un tribunal”, agregó.

Respecto al caso del exsubsecretario del Interior, lo calificó como que se manejó “de inicio a fin de manera errática, y marcada por filtraciones de información por goteo, llevaron a la solicitud de renuncia al denunciado a los 3 días de ingresada la denuncia, pero en términos políticos y mediáticos generó un fuerte cuestionamiento al actuar de la Ministra Tohá y del Presidente Boric. Y de rebote, aunque no tuvieran participación ni fueran consultadas, a las ministras Orellana y Vallejo, respecto a los principios feministas sobre los que este gobierno se erigió desde un comienzo”.

Para Jackson no todo es autocrítica. En el documento igualmente reconoció el desarrollo de estos 4 años de gobierno que “permiten mostrar importantes logros”.

En ese sentido, ejemplifica con “el aumento de las pensiones; el aumento histórico del salario mínimo; la disminución de la jornada laboral a 40 horas; el Royalty Minero; el Copago Cero en el sistema de salud pública; la ley de pago de pensiones de alimentos; el cumplimiento de la meta de 260 mil viviendas sociales por la Emergencia Habitacional; la instalación de la arquitectura para un Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, Chile Cuida; el Plan Nacional de Búsqueda y la transformación del Penal Punta Peuco; el pago de la Deuda Histórica con los profesores, entre otras reformas”.

“Lo otro es bajar los niveles de ansiedad”

Por último, entre sus reflexiones está que “hoy —y quizás hace un par de años— se abre un nuevo ciclo y empezamos a enfrentar con mayor nitidez prioridades distintas, que responden a condiciones distintas, y que serán a ratos contradictorias o al menos ambivalentes respecto al ciclo recién finalizado. Será interesante ver el recorrido de las demás fuerzas que se sumen al gobierno, enfrentando este nuevo ciclo”.

Ante eso, Giorgio Jackson plantea las siguientes incógnitas: “¿Qué rol le cabe al PDG en este nuevo ciclo? ¿Cómo se articula eso en relación con el gobierno entrante?”.

En cuando a su sector, “¿qué respuestas a este nuevo ciclo podrían emerger desde los sectores progresistas? Más allá de la labor de gobernar hasta el último día y garantizar un traspaso de mando impecable, lo primero que debemos hacer es escuchar con humildad”.

“Lo otro es bajar los niveles de ansiedad porque durante un buen rato no tendremos respuestas y la única forma de obtenerlas será dotando a nuestras estructuras partidarias de la voluntad y capacidad de escucha en todo el territorio nacional. Otra tarea no menor es resistir la tentación de las pasadas de cuenta dentro de la coalición, porque podría poner en riesgo lo avanzado estos cuatro años de construcción de confianzas y generación de síntesis colectiva. Será clave encontrar nuestro rol como oposición firme, responsable y propositiva”, cerró.