Durante la jornada fue detenido "el profesor del torniquete" por rayar una iglesia en Santiago. El ministro de Educación calificó de "gravísimo" e "impresentable" su acto.

Como una situación “gravísima” e “impresentable” calificó el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, la detención del profesor Roberto Campos, el mismo que pasó 56 días cumpliendo prisión preventiva por los destrozos de la estación San Joaquín en 2019.

“El profesor del torniquete” fue detenido junto a dos hombres y dos mujeres por rayar la Iglesia San Francisco de la comuna de Santiago, región Metropolitana.

“No tengo antecedentes, el primer antecedente que tengo es el que me cuentan, pero a mí me parece que hoy día, en el contexto en el que nos encontramos, es una situación gravísima, o sea, no puede ser“, comentó el ministro a Radio Universo.

Sobre las acciones cometidas en el pasado por el profesor, el ministro Ávila señaló que “una cosa es la justa demanda” y otra distinta es “el uso de la violencia”.

“Yo lo he señalado siempre, cuando me preguntan por los liceos emblemáticos, yo digo que una cosa es la justa demanda, la movilización, la entrega de un documento o un dialogo incluso hasta áspero con las autoridades pero otra cosa distinta es el uso de la violencia y un acto derechamente delictual como lanzar una bomba molotov“, agregó.

Ávila calificó de “impresentable” el acto de “el profesor del torniquete”

Además, el titular de la cartera de Educación, tildó de “impresentable” la actitud del profesor de matemáticas Roberto Campos. “Me parece que es un poco impresentable de parte de nosotros los profesores una actitud como esa”, precisó.

Asimismo, realizó un llamado a los profesores de Chile para “no mostrar ese tipo de ejemplos”.

“Nosotros los profesores somos adultos referentes, no podemos finalmente mostrar ese tipo de ejemplos. O sea, el mensaje que entregamos es absolutamente contradictorio con lo que estamos haciendo, es el momento hoy día de pensar mucho más las situaciones”, finalizó.

“El profesor del torniquete” había sido imputado por los destrozos en la estación San Joaquín de la Línea 5 del Metro en el contexto del denominado estallido social. Incluso, pasó 56 días en la Cárcel de Alta Seguridad cumpliendo la medida de prisión preventiva por dicho delito.