“La profesionalización del asesinato es algo que ha destruido el tejido social de los países en los que se ha instalado, y es por ello que Chile debe dar una señal clara de reproche sobre el particular”. Así versa parte del proyecto de ley que busca crear la figura de sicariato en la legislación chilena.

La iniciativa -ingresada por el diputado y miembro de la Comisión de Seguridad de la Cámara, Gonzalo Fuenzalida (RN)- busca diferenciar este tipo de crimen del homicidio calificado, luego de casos como el ocurrido en Concón.

Y si bien este último contempla a aquellos cometidos “por premio o promesa remuneratoria”, la idea -según cuenta su propio autor- es “establecer el sicariato como una figura autónoma en el Código Penal”.

“Es un delito en particular, es un homicidio que tiene características distintas, y tiene un reproche social en Chile altísimo, porque no es algo propio de nuestra cultura”, dice Fuenzalida.

En concreto, con la modificación se busca incorporar un artículo 390 bis, para: “Quien matare a otro por premio o promesa remuneratoria, será sancionado con la pena de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado. En este caso, el delito se denominará sicariato”.

Así, el texto también agrega que “si el responsable fuere reincidente en los términos de las circunstancias agravantes (…) el juez podrá considerar suficiente fundamento esta circunstancia para la imposición del presidio perpetuo calificado”.

¿Sicariato u homicidio calificado?

Pese a lo mencionado por el parlamentario, el presidente de la Asociación de Fiscales, Claudio Uribe, advierte que la idea podría terminar causando confusión.

“Habría que irse con calma, porque en nuestra legislación ya existe como hipótesis del homicidio calificado el actuar por premio o recompensa, de manera tal que el principio parece estar cubierto”, explica.

Y “si se habla de organizaciones criminales además, ya tenemos figuras penales que sancionan eso”.

“Habría que tener mucho cuidado en la técnica legislativa -prosigue Uribe-, para que por tratar de aumentar las penas no terminemos por mala técnica creando nuevas figuras que a la larga solo van a crear confusión”.

“Podrían incluso terminar beneficiando -por la vía de la interpretación- a quienes hayan cometido este tipo de delitos”, sentencia.

Revisa el proyecto a continuación: