La tarde de este martes, el empresario chileno Carlos Cardoen fue notificado de su proceso de extradición a Estados Unidos.

El trámite se realizó en la secretaría de la Corte Suprema, tras lo cual se dispuso su interrogatorio en la Cuarta Sala del máximo tribunal.

Según se confirmó, la diligencia será realizada por la ministra instructora Andrea Muñoz, misma jueza que debe dar lugar a la defensa para que el empresario haga sus descargos.

Cardoen, quien está con la medida de arresto domiciliario desde el 26 de marzo a pedido del Departamento de Justicia estadounidense, llegó en compañía de personal de la Policía de Investigaciones, su abogada, Joanna Heskia, su esposa e hijos al Palacio de Tribunales.

Sebastián Brogca | Agencia UNO
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Petición

En su petición, Estados Unidos le imputó los delitos de exportación de armas, conspiración para exportar ilegalmente circonio para bombas de racimo y otros artículos de defensa.

Según el documento de extradición, entregado por el Poder Judicial a la agencia France-Presse, también enfrenta cargos por declaración y utilización de documentación falsa.

La molestia de Estados Unidos se basa en el hecho que Cardoen habría violado un embargo sobre la venta de armas a Irak a fines de la década de 1980 y comienzos de la de 1990.

En concreto, fue acusado de haber exportado 130 toneladas de circonio desde Estados Unidos a Chile de manera ilegal para fabricar y vender bombas de racimo a Irak entre 1982 y 1989, lo que le habría generado ganancias cercanas a los US$150 millones.

Pese a ello, Heskia apuntó que en la solicitud que la Cancillería remitió a la Corte Suprema no se incluyó nada acerca de tráfico de armas, solo conspiración y fraude aduanero.

Sebastián Brogca | Agencia UNO
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Defensa

A través de un comunicado divulgado antes de acudir a la Corte Suprema este martes, la defensa de Cardoen aseguró que en el “proceso quedará demostrado que Estados Unidos estuvo en pleno conocimiento y apoyó las legítimas actividades del empresario”.

“Carlos Cardoen ha actuado en todo momento de buena fe, con total transparencia y con plena sujeción a las leyes de Estados Unidos y de Chile”, agregó la declaración que fue firmada por los cuatro abogados del chileno.

Cardoen desarrolló su industria de armamento gracias a contratos con las Fuerzas Armadas chilenas durante la dictadura de Augusto Pinochet, pero en la actualidad maneja exitosos negocios ligados al área turística.