El Gobierno decidió dividir en dos el polémico proyecto de Admisión Justa, para así salvar la iniciativa ante el inminente rechazo de los diputados de oposición.

La medida, según explicó la ministra de Educación, Marcela Cubillos, busca remediar las consecuencias de la aplicación del Sistema de Admisión Escolar (SAE) que -a su juicio- “ha causado mucho daño”.

“Hay falencias, hay problemas”, dijo la ministra, pues “el sistema terminó discriminando a aquellos alumnos con mejor rendimiento a la hora de elegir un colegio de su preferencia”.

El proyecto, que se tramitará este martes en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, se dividirá en dos partes:

Selección, mérito e inclusión

Con respecto a la selección por mérito, los liceos de alta exigencia podrán elegir a sus alumnos a partir de primero medio. Esto, según los criterios -objetivos y no discriminatorios- que los establecimientos estimen convenientes, como una prueba de admisión o rendimiento anterior, según ejemplificó Cubillos.

Sin embargo, el requisito que exigirá el Gobierno es que de dicha matrícula, el 30% deben ser estudiantes prioritarios y un 20% de alumnos preferentes. De tal manera, habría un 50% del alumnado sería de clasificación vulnerable.

“Los jóvenes que tienen los méritos se han sentido discriminados y, por otro lado, los liceos de alta exigencia tampoco quieren bajar sus niveles, porque es bueno para el sistema público tener estos liceos con ese proyecto educativo”, sostuvo la ministra.

Reforma de Admisión

Así, el segundo proyecto se enfocará en reformar el SAE en distintos puntos.

Lo primero será reasignar las prioridades a la hora de la postulación de los colegios, para así introducir dos nuevas categorías: prioridad a los niños que tengan residencia en el Sename y a menores con necesidades especiales permanentes.

De este último punto, Cubillos argumentó que “es un sistema ciego, donde los niños son un RUT y no se ven las necesidades de cada niño”, como es el caso de alumnos con autismo o síndrome de Down, por ejemplo, reincorporando las entrevistas con apoderados.

Actualmente, el SAE contempla cuatro variables para priorizar la postulación: presencia de hermanos; 15% de alumnos prioritarios; hijos de funcionarios; y exalumnos.