“La gran mayoría son o somos propietarios, porque es nuestro patrimonio, no tenemos mucho más: la casita, dos departamentos, y ahí se radica el patrimonio de los chilenos”.

Esas palabras usó el ministro de Vivienda, Cristian Monckeberg, en su reflexión sobre la integración social y el déficit habitacional de nuestro país, el pasado 14 de agosto, ante la Comisión de Vivienda y Urbanismo del Senado.

Las declaraciones, que fueron recogidas ayer por el diputado Alejandro Bernales (PL), encendieron la polémica sobre si ese panorama refleja la realidad de la mayoría de los chilenos.

Acto seguido, el secretario de Estado salió a defenderse de los cuestionamientos y aseguró que, de acuerdo a las cifras de la encuesta Casen 2017, el 60,4% de los hogares chilenos (3,5 millones) habita en una vivienda propia, cuyo indicador se mantiene parejo en todos los quintiles de ingreso.

Si bien las cifras que cita son verídicas, esa radiografía no detalla cuántas personas poseen más de una vivienda ni menos si su propietario ya la pagó o la está pagando.

La VIII Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) 2017, publicada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en junio pasado, revela que el 42,5% de las viviendas ubicadas en las capitales regionales está totalmente pagada, el 25,1% está arrendada, mientras que el 18% aún está siendo pagada.

Respecto a la medición anterior, de 2012, el indicador de viviendas pagadas disminuyó 3,5 puntos, mientras que las arrendadas subieron 5,1 puntos y las que siguen en pago se mantuvieron en 18%.

A marzo de 2018, de acuerdo a la base de datos del Servicio de Impuestos Internos (SII) -citada por Pulso-, sólo 417.001 personas registran dos o tres predios habitacionales en Chile.

Según la Subdirección de Evaluaciones del SII, Santiago es la comuna con mayor cantidad de segundas viviendas del país (48.168 predios), seguida por Las Condes (37.232), Viña del Mar (32.016), Ñuñoa (26.000) y Antofagasta (24.548).

Claramente, una realidad alejada de la descripción del ministro, que insistía en que un “porcentaje altísimo del patrimonio es la propiedad, asociado una casa, un departamento, una casa en la playa o un terreno“. Sí, un 60,4% de los chilenos tiene vivienda propia, pero la segunda y tercera propiedad es una realidad acotada que apenas alcanza al 11,9% de ese total.

Casa propia a la baja y arriendo al alza

Por otra parte, en los últimos once años las viviendas propias han disminuido. Mientras en 2006 llegaba a un 69,2%, en 2013 se redujo a 64,6%, para descender hasta el 60,4% que revela la Casen en 2017.

Y el arriendo, por otro lado, va en aumento. Tal como lo señaló el ministro. En 2006 registraba 15,9% y en 2017 escaló al 21,9%.

Si bien esa situación se puede explicar -de acuerdo a las palabras de Monckeberg- porque “las personas más jóvenes piensan que su patrimonio va por otro lado”, también puede estar impulsado por la creciente alza del precio de las viviendas.

Entre 2007 y 2017 los precios promedio de viviendas (casas y departamentos, incluyendo arriendos), subieron en 53,3%, de acuerdo a un estudio de Techo y Portal Inmobiliario publicado en febrero pasado. Mientras la situación de las casas es aún más crítica: subieron 104,2% en el mismo periodo.