Dos chilenos que están detenidos en Kuala Lumpur desde agosto de 2017 podrían ser condenados a morir en la horca si la Justicia de Malasia los declara culpables del homicidio de un ciudadano de este país del sudeste asiático.

En conversación con Canal 13, Rubén Parra, amigo de Fernando Candia y Felipe Osiadacz, reveló detalles del confuso incidente que tiene a los estudiantes privados de libertad y a la espera de un juicio que parece no llegar dado que se han agendado varias audiencias, instancias que han sido canceladas una y otra vez,

Según indicó Parra, después de un viaje por Nueva Zelanda, Candia, Osiadacz y otro chileno tenían como destino Malasia, pero el tercer amigo debió quedarse más tiempo en el primer país debido a un accidente automovilístico.

Fue así como ambos partieron a Kuala Lumpur donde, la primera noche de su estadía, ocurrió el hecho.

Tras una salida a comer, uno volvió al hostal y el otro lo siguió más tarde. Fue a éste, en ese trayecto, a quien un individuo lo comenzó a seguir hasta llegar al lobby del hostal.

“Cuando entran al lobby se puso más agresivo y ahí estaban los dos. Se pone más agresivo, entran en una discusión y el tipo rompe un espejo de la recepción del lugar y lo ataca con un pedazo de vidrio”, dijo Parra.

“Ante ello, obviamente que ellos se defienden. Lo reducen, lo tiran al piso y uno de ellos se pone sobre su espalda tomándole las manos en la espalda de manera que el tipo se calme y pueda llegar la policía”, añadió.

“Empiezan a gritarle al recepcionista, a gritarle que llame a la policía. El tipo que estaba en la recepción era una persona china, entonces yo no sé si por problemas de idioma se demoró mucho, (…) dicen que 20 minutos. Y después de eso fueron 30 minutos en que llegara la policía”, agregó.

“Una vez que llega la policía ellos recién ahí se dan cuenta que la persona había fallecido. Ellos, como digo, no saben la razón por qué murió, porque ellos solamente lo tenían sujetado contra el piso de manera de tenerlo reducido”, detalló.

Problemas

Según sostuvo Parra, la cultura, el idioma y la distancia se han conjugado y han formado un gran problema para los dos afectados y sus familias.

“Cuando llegó la policía se sentían víctimas. Nunca se les pasó por la mente que estaban cometiendo un delito”, dijo Parra. A lo que añadió que tras la detención los llevaron a un cuartel donde permanecieron dos semanas sin tomarles declaración ni darles mayores explicaciones.

“Según la experiencia de Chile pensaron que iba a haber una audiencia”, confesó el amigo. No obstante, al fin de las dos semanas, apareció el mismo uniformado que los detuvo, instancia donde les informó que serían acusados de asesinato.

Retraso del juicio

De acuerdo a Parra, el juicio iba a comenzar hace meses, pero las audiencias se han cancelado sin mayores detalles, como las que fueron agendadas para el 26 de diciembre, el 8 de enero y la última, del 29 de mayo, la que quedó relegada a julio.

Parra es entrenador de caballos para carreras y trabajó en Malasia, lugar donde conoció a un miembro de la familia del rey de Malasia, Mohamed V de Kelantan.

Durante la jornada de este jueves, Parra reveló que conversó con este miembro de la familia real, quien le explicó cómo funcionará el proceso una vez que se de inicio de manera formal.

La primera instancia es enfrentarse al juez y entregarle pruebas, como por ejemplo videos de cámaras de seguridad, videos, testimonios de turistas y del mismo recepcionista. “He escuchado que fue una riña, no fue así”, esperó Parra.

La segunda instancia, de ser encontrados culpables, la causa pasa a una corte con tres jueces que, de ratificar la primera decisión, ésta debe ser de forma unánime.

La tercera, ya estando condenados a la horca, sería pedir un indulto al rey, quien -de acceder- sólo entrega estos beneficios en fallos que involucren la muerte de alguien.

Malas condiciones

Según revelo Parra, Felipe Candia ingresó a la cárcel de Sungai Buloh y estuvo hospitalizado al interior del mismo recinto penitenciario por cinco días y que ambos, por tres meses, durmieron en el piso, ni siquiera en una colchoneta.

Además, debido a las malas condiciones al interior del recinto, tanto Candia como Osiadacz habrían perdido 16 kilos de peso.

A lo anterior se suma la dificultad de contacto con el mundo exterior, no sólo por la barrera idiomática, sino que también porque, acusó, les han bloqueado las comunicaciones e incluso les han retenido la correspondencia.

Pese a que las familias de ambos se han apersonado a suelo sudasiático, la presencia ha sido parcelada y muchos se han turnado para estar cerca de los afectados. El padre de Candia pasó tres meses, pero ya volvió a Chile.

Hasta el momento, ha trascendido que la Cancillería ha enviado una serie de cartas a las autoridades de este país para solicitar que se rebajen los cargos, documentos que han sido rechazados, aseguró el padre de Felipe, Fernando.