El decomiso de dos toneladas de cocaína en Argentina generó cuestionamientos por los controles en nuestras fronteras, ya que la indagatoria de la policía trasandina reveló que la droga ingresó desde Chile. Mientras la PDI solicitó mayores detalles del procedimiento, el subsecretario Aleuy aseguró que hay una investigación en curso.
En palabras de las autoridades argentinas es uno de los golpes más fuertes al narcotráfico, debido a que el plan que tenía esta banda era tan elaborado que ni los escaners o la brigada canina pudo detectar los dos mil kilos de cocaína en las bobinas industriales, droga avaluada en 60 millones de dólares, es decir, unos 40 mil millones de pesos.
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Se trató del operativo Bobina Blanca, resultado de cinco meses de investigación con escuchas telefónicas, que logró detectar dónde estaban estos ocho rollos de acero, donde cada uno transportaba unos 200 kilos de cocaína.
Lo que tienen claro las autoridades argentinas, es que eran solo un punto intermedio, porque estas toneladas de droga tenían como destino España y Canadá.
Según detalló la ministra de Seguridad en Argentina, Patricia Bullrich, la hipótesis es que esta banda ingresó la droga desde el sur de nuestro país.
Esto levantó cuestionamientos desde el país trasandino hacia los controles fronterizos en nuestro territorio sobre cómo se está trabajando, por lo que esta noticia no cayó bien en las autoridades de gobierno.
El subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, aseguró que la PDI está recabando información para detectar cuáles son las zonas donde habrían pasos libres para narcotraficantes.
Consultada al respecto, la policía civil desestimó referirse al caso, a pesar que el gobierno reveló que están trabajando con Argentina debido a lo ocurrido.
Desde el país trasandino agregaron que la cocaína sería proveniente de México, llegando a nuestro país y luego a Argentina, asegurando que la droga circulaba por rutas “menos pensadas y no tan controladas”.