"Por una fracción de segundo pensé: 'Ya está'", le dijo a la BBC Brian Jokat, uno de los pasajeros del vuelo LA800 de Latam Airlines que descendió abruptamente en el aire por un "incidente técnico" el lunes. "La gente gritaba y lloraba. Era un caos", agregó.

La prensa neozelandesa ha dado a conocer nuevos testimonios de los pasajeros del accidentando vuelo L800 de Latam, que cubría la ruta entre Sídney y Santiago, y tuvo un “incidente técnico” que lo hizo perder altura.

Recordemos que se trató de un peligroso hecho que dejó como resultado a 50 personas heridas, de las cuales 13 debieron recibir asistencia hospitalaria en Nueva Zelanda.

Ahora, los primeros pasajeros comenzaron a contar detalles sobre los dramáticos instantes en los que todo se descontroló a la prensa europea, dando como resultado estremecedores relatos.

“No hubo turbulencias previas, simplemente navegamos sin problemas durante todo el camino. Me había quedado dormido y afortunadamente tenía puesto el cinturón de seguridad y, de repente, el avión cayó (…) Pensé que estaba soñando. Abrí los ojos y él estaba en el techo del avión boca arriba, mirándome. Era como El Exorcista”, contó Brian Jokat, pasajero canadiense que habló con la cadena de radio neozelandesa RNZ.

“La gente salió volando porque no llevaban sus cinturones. Algunas personas quedaron bastante heridas. La gente tuvo realmente miedo”, dijo este hombre, con voz temblorosa.

Los pasajeros explicaron a la prensa local que el aparato, un Boeing 787 Dreamliner según la aerolínea, perdió altitud rápidamente cuando sobrevolaba el mar de Tasmania entre Australia y Nueva Zelanda.

El vuelo LA800 “tuvo un incidente técnico durante el viaje que provocó un fuerte movimiento”, declaró un portavoz de la compañía LATAM, sin dar más detalles.

La tensión que provocó la emergencia del vuelo L800 de Latam

Finalmente la aeronave, que se dirigía a Santiago, aterrizó “como estaba previsto en el aeropuerto de Auckland” y se agregó que ya que tenía una escala allí. A raíz de esto es que el vocero lamentó profundamente “las molestias causadas por esta situación”.

Los servicios de rescate indicaron que fueron alertados hacia las 16 locales, cuando el avión comenzó el descenso hacia el aeropuerto de Auckland, la mayor ciudad de Nueva Zelanda.

Una decena de ambulancias y otros vehículos médicos fueron desplegados para atender a los heridos, según lo detalló una nota de la BBC.

“Nuestros equipos de ambulancia evaluaron el estado de unos 50 pacientes, uno de los cuales se encontraba en estado grave”, indicó a la AFP Gerard Campbell, de los servicios de emergencias del St John.

“Doce pacientes fueron transportados hasta el hospital”, añadió.

A medida que comenzaron a recuperarse, los pasajeros comenzaron a arribar a Santiago desde Nueva Zelanda. “No hubo turbulencias, nada. De repente se apagó todo y (el avión) se fue de bruces, como una montaña rusa, y después subió”, contó Verónica Martínez, una pasajera que habló con la prensa chilena al llegar al Aeropuerto de Santiago.

“La gente que no iba con cinturón, que venía saliendo del baño, las mismas azafatas que andaban. Lo que más me impresionó fue que una señora detrás mío iba con un bebé, y yo vi volar el bebé. Fue terrible”, contó.