Las autoridades australianas confirmaron este domingo la muerte de 10 personas, incluido uno de los tiradores, en la playa de Bondi, al este de Sidney, donde se produjo un tiroteo que obligó a acordonar la zona.
Por ahora, dos personas fueron detenidas en el marco del incidente que sigue “en desarrollo” y que está siendo atendido actualmente por la policía.
Aunque las autoridades no han confirmado si existe relación entre los sucesos, se conoce que en un parque cercano a la playa se estaba celebrando un evento de Janucá, la conocida festividad judía, según pudo constatar EFE con el anuncio en la página de eventos Humanitix.
A través de un comunicado difundido en redes sociales, la Policía de Nueva Gales del Sur -estado en el que se encuentra Sidney- pidió a la población evitar la zona y exhortó a quienes se encontraban en el lugar a buscar refugio, mientras agentes y servicios de emergencia se desplegaban en el área para evaluar la situación.
“La policía está en el lugar y se proporcionará más información a medida que esté disponible”, señalaron las autoridades.
El servicio de ambulancias dijo que están tratando a pacientes en el lugar y han transportado a unas seis personas a hospitales cercanos, sin mayores detalles sobre el tipo de lesiones atendidas.
Las autoridades también confirmaron que dos policías habrían resultados heridos, sin indicar el estado de gravedad, y que los tiradores habían sido “neutralizados”, aunque no detallaron si esto significa que han sido abatidos.
Imágenes transmitidas en redes sociales muestran lo que parecían al menos dos tiradores vestidos de negro, así como escenas de pánico en la playa, una de las más populares y turísticas de la ciudad, con personas huyendo del sector y varias víctimas tendidas en el suelo mientras eran atendidas por paramédicos.
Testigos indicaron que algunas personas presentaban heridas visibles y manchas de sangre, algo que no ha sido confirmado por las autoridades.
Una residente de la zona relató a la cadena pública ABC que estaba cenando en un restaurante cercano cuando escuchó lo que inicialmente pensó que eran fuegos artificiales, pero que se convirtió en una situación de caos al ver a personas correr por la playa.
Según su testimonio, los disparos parecían provenir de las inmediaciones del Pabellón de Bondi, un histórico edificio frente a la playa, y se habrían prolongado durante un largo rato.
Las autoridades mantienen acordonada el área y continúan investigando lo sucedido, mientras reiteran el llamamiento a la población a mantenerse alejada del lugar hasta nuevo aviso.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, se hizo eco de la noticia en redes sociales, donde declaró que las escenas en Bondi son “angustiosas” y añadió que se está coordinando con las autoridades locales para proporcionar más información una vez se haya confirmado.