El gobierno español anunció que el teléfono del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Ministra de Defensa, Margarita Robles, fueron infectados con el software Pegasus, revelación que llega en un contexto de tensión con los separatistas vascos y catalanes, quienes también habrían sido objeto de escuchas con el programa espía israelí que sólo puede ser adquirido por estados.

El caso Pegasus ha dado un giro radical en las últimas horas al trascender que el Presidente Pedro Sánchez y la Ministra de Defensa, Margarita Robles, fueron también espiados de manera ilegal con el sofisticado programa israelí.

El Ejecutivo informó este lunes sobre esas escuchas en una rueda de prensa conjunta de la portavoz del gabinete, Isabel Rodríguez, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.

El gobierno español confirmó que se extrajo un volumen significativo de datos de los dos teléfonos celulares aunque no identificó a los autores de esta actividad ilegal. El Ejecutivo también desconoce cuál es la información robada por los supuestos piratas aunque considera el hecho extremadamente grave.

Según dos informes técnicos del Centro Criptológico Nacional, los teléfonos móviles del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y de su ministra de Defensa, Margarita Robles, fueron sometidos a escuchas por el programa Pegasus.

“No es el momento de hacer conjeturas”

En una rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa, en la que dio cuenta de esas dos intrusiones en los teléfonos móviles de Sánchez y Robles en mayo y junio de 2021, coincidiendo con la semanas previas a la salida de prisión de los líderes del procés, Bolaños insistió, a preguntas de la prensa, en que “no es el momento de hacer conjeturas”.

A su juicio, si esas escuchas tienen que ver con el espionaje a políticos catalanes conocidas en las últimas semanas, podrá conocerse al término de la investigación que sigue en marcha, y cuyos resultados se añadirán a la denuncia ya presentada en la Audiencia Nacional este mismo lunes.

“No son suposiciones”, recalcó, hablando de “hechos de enorme gravedad. “Tenemos la absoluta seguridad de que es un ataque externo (…) porque en España, en una democracia como la nuestra, todas las intervenciones se producen por organismos oficiales y con autorización judicial”, indicó Bolaños.

“Compromiso total con el esclarecimiento de la verdad”

“El compromiso del Gobierno con el esclarecimiento de la verdad es total, y a partir de ahí tomaremos las medidas que correspondan”, añadió el ministro de la Presidencia, quien garantizó que ese espionaje es ajeno a la estructura del Estado y no contó con autorización judicial, y por tanto es “externo e ilícito”.

Recordó que el software Pegasus se ha empleado en al menos 20 países y dada su peligrosidad se van a reforzar las medidas de seguridad, no solo en el Gobierno y en la Administración General del Estado, sino que esas medidas se va a poner a disposición de las comunidades autónomas, ayuntamientos y otras instituciones.

“El Gobierno va a ser inflexible con cualquier vulneración de derechos fundamentales”, subrayó Bolaños.

Tensiones con el independentismo

Este caso se conoce en plena tormenta política en España por el espionaje al que supuestamente fueron sometidos dirigentes independentistas catalanes y vascos por parte del Estado, también con el software israelí.

El caso explotó el 18 de abril, cuando Citizen Lab, un proyecto de ciberseguridad de la Universidad de Toronto, hizo público un informe que identificaba a más de 60 personas de la órbita independentista catalana que habrían tenido sus teléfonos móviles infectados entre 2017 y 2020 con el software de espionaje israelí Pegasus.

Concebido por la empresa israelí NSO, Pegasus permite acceder en cuanto se instala en un celular a los servicios de mensajería y a los datos, además de activar el aparato a distancia para poder captar imágenes o sonido.

NSO siempre ha afirmado que sólo vende Pegasus a Estados y que estas operaciones deben tener antes el visto bueno de las autoridades israelíes.

Según la ONG Amnistía Internacional, este software podría haberse usado para piratear hasta 50.000 teléfonos móviles en el mundo.