El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, que se reúnen este domingo en Berlín, presentan un frente común contra el “huracán” Donald Trump y el desafío del populismo, aunque tienen que lidiar con sus propios problemas a nivel nacional.

Los símbolos de unidad y cohesión se multiplicaron estos últimos días tras varios enfrentamientos entre ambos países sobre proyectos clave del presidente francés, como la tasación de los gigantes digitales y la reforma de la zona euro.

Los dos dirigentes marcaron la pauta en el centenario del final de la Gran Guerra el 11 de noviembre en París, insistiendo en un mensaje de paz contra los “viejos demonios” del nacionalismo.

Poco después, el presidente estadounidense reaccionó a lo que consideraba un ataque en su contra. A través de una serie de tuits destinados a Macron y su proyecto de ejército europeo, se burló de la caída de su popularidad y sugirió que sin la ayuda de los estadounidenses en 1944, Francia hablaría alemán.

Los dos líderes tienen la “voluntad de hablar de una misma voz”, explica Hélène Miard-Delacroix, experta en Alemania contemporánea en la Universidad de la Sorbona en París.

“Tienen un interés objetivo en apoyarse mutuamente. El presidente Macron no puede movilizar a los europeos solo y la canciller, debilitada políticamente, no puede hacer nada sola tampoco”, analiza.

Calificada como “la mujer más poderosa del mundo” y la gran líder de Europa, Angela Merkel cedió esta influyente posición en 2017 a Emmanuel Macron, considerado desde entonces como el nuevo hombre fuerte de Europa.

Sin embargo, las ambiciones del nuevo presidente francés para relanzar la Unión Europea se toparon rápidamente con fuertes resistencias y con una canciller debilitada. Tras otro revés electoral, Merkel anunció el 29 de octubre que su mandato como canciller sería el último. Muchos se preguntan si llegará hasta el final, en 2021.

Apoyar a su homólogo francés con el tema del ejército europeo “es una manera para ella de decir: aún estoy aquí, aún tengo el control”, recalca Hélène Miard-Delacroix.

Nuevo impulso

Tras varios intercambios subidos de tono entre ambos dirigentes a finales de octubre sobre la venta de armamento a Arabia Saudita, la pareja francoalemana vuelve a estar unida.

“Veo un nuevo impulso en nuestras relaciones y haremos todo para apoyarlas”, aseguró el presidente del Bundestag, Wolfgang Schäuble, de visita este miércoles en París.

Pero los temas de discordia no faltan. El afán de Macron para reformar la zona euro no es el mismo en Berlín. Y detrás del aparente consenso sobre la defensa europea, los enfoques difieren.

“Emmanuel Macron crea dudas en Alemania porque quiere ir muy rápido sobre temas europeos que necesitan más tiempo”
, explica Hans Stark, experto del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (Ifri).

Pero Merkel dispone de poco margen. “No puede apoyar al 100% los proyectos franceses pero tampoco quiere desmarcarse de ellos”, subraya.

Ambos países se presentan así como “guardianes” de una Europa siempre más dividida, donde la sombra del populismo alcanzó hasta Italia
, miembro fundador.

Los expertos coinciden en la voluntad de ambos de “seguir adelante”, algo que puede reflejarse en el discurso de Macron de este domingo en el Bundestag, antes de un nuevo tratado del Elíseo sobre la cooperación francoalemana en enero.