El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció medidas contra la junta militar de Birmania, incluyendo el congelamiento de sus activos en territorio estadounidense, al tiempo que instó a los generales a renunciar al poder tras el golpe de Estado de la semana pasada.

“Aprobé una nueva orden ejecutiva que nos permite sancionar de inmediato a los líderes militares que dirigieron el golpe, sus intereses comerciales y a familiares cercanos”, dijo Biden.

Además, instó a la liberación “inmediata” de la dirigente birmana Aung San Suu Kyi, detenida el 1 de febrero, cuando el ejército concretó el golpe de estado.

“Hoy vuelvo a pedir a los militares birmanos que liberen inmediatamente a los líderes políticos y activistas democráticos que están deteniendo, incluyendo a Aung San Suu Kyi y también a Win Myint, el presidente”, agregó Biden.

“Los militares deben abandonar el poder”, instó el mandatario estadounidense, quien indicó que su administración cortará el acceso de los generales a 1.000 millones de dólares en fondos en Estados Unidos y que pronto revelará nuevas sanciones.

A través de la televisión militar de Birmania el ejército del país asiático dio a conocer se harían cargo por un año del país, declarando estado de emergencia por ese mismo periodo.