Bernard James no tiene dudas de que hay un motivo racial detrás de la muerte de un joven afroamericano que fue hallado colgando de un árbol en una ciudad de California la semana pasada. Para él, no fue un suicidio, como dijeron inicialmente las autoridades.

“Lo lincharon”, dijo tajante este hombre de 27 años, que participó este martes de una protesta de unas 200 personas en Palmdale, una localidad en el desierto de Mojave, donde Robert Fuller fue encontrado sin vida con una soga alrededor del cuello.

Allí, son muchos los que coinciden con James, y evocan un doloroso pasado en Estados Unidos cuando miles de personas negras fueron linchadas. En su apogeo, el grupo de supremacismo blanco Ku Klux Klan colgaba a sus víctimas en árboles.

“Es un tema racial, punto”, dijo Shawna Green, de 46 años. “Y lo están encubriendo”.

Las autoridades determinaron que se trató de un suicidio, pero luego dieron marcha atrás y ordenaron una investigación exhaustiva, tras la protesta de la familia y miembros de la comunidad.

El hecho ocurre en medio de fuertes manifestaciones que han sacudido Estados Unidos por la muerte de George Floyd, un hombre negro asfixiado por un policía.

El FBI también ha dicho que investigará el caso, así como la muerte, también por ahorcamiento, de Malcolm Harsch, de 38 años, el 31 de mayo en Victorville, a unos 80 km al este de Palmdale. Los investigadores buscarán establecer en ambos casos si se trata de suicidios u homicidios.

“Los negros no se ahorcan”
, lanzó Dee Johnson, de 64 años. “Eso es algo que no hacemos”.

“Podemos dispararnos en la cabeza o tener una sobredosis… pero no vamos a colgarnos. No vamos a repetir la historia”, insistió, coincidiendo con la teoría de que la muerte de Fuller fue un “linchamiento” posiblemente de simpatizantes del KKK.

Según dijo, esos extremistas “están haciendo más ruido” desde la llegada al poder de Donald Trump.

“AmeriKKKa”

En el árbol donde se halló el cuerpo de Fuller, en una plaza contigua al ayuntamiento de Palmdale, había decenas de velas, ramos de flores y pancartas con pedidos de justicia y un cambio.

“Dejen de matar y linchar”, se leía en uno de los mensajes; otro decía “AmeriKKKa es afortunada de que los negros quieran justicia y no venganza”.

Jamon Hicks, el abogado que representa a la familia Fuller, ha criticado a la policía local por inicialmente haber cerrado el caso con tanta rapidez.

“Es extremadamente preocupante, especialmente dada la forma como el señor Fuller fue encontrado, colgado de un árbol”, dijo Hicks el martes. “Para los estadounidenses, colgar de un árbol es un linchamiento”.

La hermana de Fuller, Diamond Alexander, describió al joven como alguien que amaba la vida: “Mi hermano no era un suicida.
Mi hermano fue un superviviente”, dijo en una vigilia el fin de semana.

Tommie Anderson, un amigo cercano de Fuller, lo describió como “la persona más dulce que conocía”, y dijo que nunca habría salido a las 03H40 de la madrugada, la hora en que fue encontrado por un transeúnte.

Aunque el 12 de junio se realizó una autopsia completa, las autoridades dijeron que antes de dar a conocer sus hallazgos, están esperando los resultados de toxicología y análisis del historial médico de Fuller.

Los investigadores también están llevando a cabo un examen forense de la soga de la que colgaba y de la forma en la que fue atado. También están analizando el teléfono de Fuller y cualquier video de vigilancia disponible.

El resultado es esperado con impaciencia por la familia y todo el pueblo de Palmdale, que tiene una población de casi 170.000 habitantes, la mayoría hispanos y un poco más del 12% negros.

“Siendo un hombre afroamericano, tengo una diana en la espalda, tengo miedo cuando veo una patrulla de la policía”,
dijo David Tucker, un ministro de iglesia de Los Ángeles de 28 años, cuyo bisabuelo marchó con Martin Luther King Jr. durante el movimiento por los derechos civiles.

“Podría ser el siguiente, fácilmente”.