La noche del pasado lunes, la policía quedó horrorizada al acudir a una vivienda de Shaw, una ciudad de 2.000 personas en Mississippi. No era para menos. La escena que presenciaron los dejó perplejos.
Se trataba del cuerpo de una pequeña niña de tan solo 20 meses de nacida, que yacía al interior de un horno de cocina, con signos de haber sido apuñalada, previo a ser colocada en el aparato en el que fue cocinada, según las versiones policiales. La abuela de la menor, identificada como Carolyn Jones, de 48 años, se encontraba en la vivienda a la hora de los hechos.
El hermano de la mujer, quien llegó al domicilio y vio la terrible escena, fue quien llamó al sistema 911 para reportar lo sucedido. De ahí, el relato policial a los medios locales, citados por el periódico The New York Times.
“He estado velando por el cumplimiento de la ley durante 25 o 26 años. Esta es una de las cosas más horribles que he visto al hacer cumplir la ley. La parte más difícil … es ver a una víctima infantil”, declaró el alguacil del condado de Bolivar, Kelvin Williams, acongojado por el terrible acontecimiento.
Sumándole gravedad al crimen contra un inocente, aún no está claro si la niña fue apuñalada y metida con vida al horno, para ser cocinada, o si ya había fallecido cuando fue puesta en ese lugar. La autopsia de la menor será la que revelará cuál de las dos causas fue la que le ocasionó la muerte.
En la fachada de la vivienda, la composición de otra escena desagradable, sumando al total de la tragedia: los juguetes de la pequeña niña, habían sido lanzados a la basura horas antes de su terrible fin. Las autoridades y una comunidad cercana y dolida por lo ocurrido, están apostando a llevar a la justicia a quien cometió el salvaje asesinato contra la pequeña niña, identificada como Marie Floyd.
Una abuela ante la justicia
Anoche, Carolyn Jones, comparecía ante un juez local, para escuchar la acusación en su contra, como principal sospechosa del horrendo crimen de la pequeña Marie Floyd.
Era, quien se suponía la debía cuidar, ya que su madre vivía en otro domicilio. Ahora enfrenta cargos por asesinato en primer grado y escuchó de la justicia, imponerle una fianza de 500 mil dólares, pero ante la enorme suma quedó bajo arresto y aún no tiene un abogado que la represente.
“Ella era la única persona que estaba allí con la niña en ese momento”, insistió ante los medios y las autoridades el alguacil Williams. El pasado martes por la mañana, aún había una importante presencia policial en la vivienda de Jones, en busca de más pruebas en su contra.
Los vecinos contemplaban el despliegue, así como los juguetes de la pequeña niña que también eran inspeccionados por los peritos, en busca de información del por qué el terrible crimen contra Marie.
“Es una bebé. Es una inocente. No pidió estar aquí”, dijo una vecina, identificada como Tomorrow Williams a la cadena televisiva WMC-TV. Aún no está claro cuál es el paradero de la madre de la víctima y por qué la niña estaba bajo el cuidado de su abuela.
Las autoridades tienen la tarea de profundizar además en el historial psicológico de la abuela de la menor, una mujer relativamente joven para tener una nieta, pero que ahora está lo suficientemente implicada en el macabro crimen, como para permanecer en prisión mientras se esclarecen los porqués de este caso que ha sacudido, de nuevo, a Estados Unidos.
Y es que, ya en el pasado, un hecho similar ocupaba las planas informativas en ese territorio, cuando en 2011, la madre de un niño de 3 años fue acusada de asesinarlo, luego de meterlo a un horno en su vivienda ubicada en Greenville, a unos 32 kilómetros de Shaw (lugar de la muerte de Marie de 20 meses).
La mujer identificada como Terri Robinson se declaró culpable del crimen, un año después de causarle la muerte a su pequeño hijo, quien no soportó las lesiones sufridas en un horno eléctrico.
