El hombre, de origen catalán, torturó y mató a un compatriota en el año 2016 y actualmente está bajo prisión por el delito que confesó con el paso de los años. Pese a eso, se trata de un hombre que se salvó de la condena mortal.

El asesinato cometido por Daniel Sancho, el hijo del actor Rodolfo Sancho, ha causado un enorme revuelo a nivel internacional, pero no es el primero, ya que Artur Segarra cometió exactamente el mismo delito en 2016.

Sancho (29) ya confesó haber matado y descuartizado a Edwin Arrieta, un cirujano plástico colombiano en Tailandia.

Los hechos ocurrieron hace pocos días, el pasado 31 de julio, en la isla de Koh Phangan.

Según ha trascendido el joven compró días antes un cuchillo y productos de limpieza, algo que hace pensar que el asesinato estaba más que premeditado.

Según lo detalló ABC, el crimen protagonizado por Sancho recuerda al de Artur Segarra, otro español que en 2016 asesinó y descuartizó a otro hombre en Tailandia.

Su caso, que también fue muy mediático, tuvo un final algo inesperado y son excesivamente parecidos.

El caso de Artur Segarra, el otro descuartizador español

Artur Segarra actualmente cumple una condena de cadena perpetua en una prisión de Bangkok por los delitos de asesinato y descuartizamiento de su compatriota David Bernat en 2016.

La justicia tailandesa sentenció a Segarra a la pena de muerte, pero el español logró que se conmutara la condena a la cadena perpetua.

Esto, tras admitir el asesinato en una carta enviada al rey de Tailandia, lo que le permitió recibir una amnistía parcial.

Segarra, que vivía en Tailandia para eludir a la justicia española por delitos vinculados a una trama de estafas, secuestró, torturó, asesinó, desmembró y se deshizo del cadáver.

Un caso que resultó muy mediático en España y en Tailandia, como está ocurriendo con el de Daniel Sancho.

En el caso de Segara, la policía tailandesa lo identificó rápidamente como el principal sospechoso y ordenó su arresto, pero el español logró huir a la vecina Camboya.

Segarra, que no colaboró en las investigaciones y se declaró inocente ante el tribunal, fue sometido a un largo proceso judicial.

Este que duró casi tres años entre el inicio del juicio oral, el 1 de diciembre de 2016, hasta el rechazo de su última apelación por el Tribunal Supremo, 20 de noviembre de 2019.

Asesinato premeditado y huida

Bernat, quien era consultor de telecomunicaciones, y Segarra se conocían previamente y a veces coincidían de fiesta por Bangkok.

La víctima y su verdugo quedaron el 19 de enero de 2016 en Bangkok, noche en la que Segarra secuestró a Bernat y lo retuvo durante siete días.

Según el informe de la Policía, Segarra asesinó a la víctima entre el 26 ó 27 de enero.

Los primeros restos del cadáver descuartizado fueron encontrados el 30 de enero en el río Chao Phraya, que atraviesa Bangkok. Seis días después la Policía identificó a Segarra como el principal sospechoso.

Condena

A su llegada a Bangkok, Segarra fue puesto en prisión provisional mientras la policía continuó con las pesquisas, condicionadas por la falta de colaboración por parte de Segarra quien durante todo el proceso judicial mantuvo su inocencia.

Al igual que Sancho, Segarra fue captado por cámaras de seguridad mientras compraba las herramientas con las que supuestamente cometió el delito.

También se captaron imágenes del español saliendo de su piso en Bangkok en motocicleta y cargado con grandes bolsas y cajas, para regresar horas después sin los bultos.

En el apartamento de Segarra en la capital tailandesa además se encontraron rastros de sangre en las cañerías, cuyo análisis posterior determinó que eran de la víctima, entre otras pruebas.

El 21 de abril de 2017, un tribunal de justicia en Bangkok admitió todas las pruebas presentadas por las autoridades y condenó al español a la pena de muerte.

Se trató de una sentencia que mantuvo el tribunal de apelaciones el 13 de junio de 2018 y dejó en firme el Supremo el 20 de noviembre de 2019.

El español también fue culpado de otros doce delitos, entre ellos secuestro y tortura, motivados según el dictamen para robar el dinero que la víctima tenía en una cuenta corriente en Singapur.