A través de la televisión militar de Birmania el ejército del país asiático dio a conocer lo que desde hace días venía siendo un secreto a voces: concretaron un golpe de estado.

A primera hora del lunes (hora local) se informó a través del medio que el ejército se haría cargo por un año del país, declarando estado de emergencia por ese mismo periodo.

La comunicación se da horas después de que detuvieran a la jefa del gobierno de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi, primera autoridad del país, y al presidente, Win Myint, y a otras autoridades civiles.

En este contexto, desde Australia exigieron la inmediata liberación de los dirigentes políticos, igual que Estado Unidos desde donde amenazaron con responder al ejército birmano por lo ocurrido.

“Estados Unidos se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o impedir la transición democrática en Birmania, y tomaremos acciones contra los responsables si esas medidas no se revierten”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki en un comunicado.

Al mismo tiempo, se conoció que el ejército ya tomó el control del ayuntamiento en Rangún, principal ciudad del país.