El golpe brutal a la economía mundial causado por una situación sanitaria aún descontrolada ha puesto de manifiesto los defectos de la globalización en todas partes. China, epicentro de la epidemia de Covid-19 y la segunda economía más grande del mundo, tampoco escapó a la crisis: en el primer trimestre, el país experimentó una recesión de casi el 7%.

Y sin embargo, la economía china, a diferencia de otras, fue capaz de recuperarse. En 2020, incluso ha gozado de un crecimiento positivo del 2,3%.

Las cifras publicadas el lunes 18 de enero por la Oficina Nacional de Estadísticas muestran dos cosas.

En primer lugar, la naturaleza desequilibrada de la recuperación en China. En diciembre de 2020, la producción industrial aumentó un 7,3%. Con la pandemia del coronavirus, las fábricas del “taller del mundo” han funcionado a pleno rendimiento: exportaciones crecientes de mascarillas, protección médica o jeringas de hoy, pero también productos electrónicos -computadoras, teléfonos- que permiten a los confinados de todo el mundo permanecer conectados.

Un consumo tímido

El consumo, sin embargo, aún lucha por recuperar el terreno perdido. Las ventas al por menor aumentaron un 4,6% el mes pasado, menos de lo que esperaban los analistas.

Es sabido que el modelo de crecimiento de China ya no se basa únicamente en las exportaciones, sino que es dual, como repitió el presidente chino en sus últimos discursos, siendo el consumo interno ahora un elemento clave en el desarrollo del gigante asiático.

Buenas perspectivas

Otra lección: a pesar de la tasa más baja registrada desde el final de la Revolución Cultural en 1976, China sigue siendo una de las únicas economías importantes que ha progresado el año pasado y debe seguir haciéndolo.

El Partido Comunista Chino, que celebra este año su centenario, puede jactarse de que el tamaño de la economía china ha superado por primera vez los 100.000 millones de yuanes.

Aunque los nuevos brotes de Covid-19 en el norte del país y las restricciones sanitarias que las acompañan están frustrando una vez más la festividad del Año Nuevo Lunar de este año -un período tradicional de gasto para las familias- las perspectivas siguen siendo buenas a corto plazo, según los expertos.