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El exjefe del Ejército argentino reveló detalles de un pacto secreto entre el régimen de Pinochet y el gobierno de Thatcher durante la Guerra de Malvinas de 1982, destacando beneficios para ambos países. Martín Balza señaló que Chile y el Reino Unido llevaron a cabo acciones estratégicas que incluyeron interferir comunicaciones argentinas en Malvinas, operar aviones espías conjuntos y permitir a fuerzas especiales británicas trabajar en territorio chileno.

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Un exjefe del Ejército argentino abordó la alianza estratégica establecida por el régimen de Augusto Pinochet con el gobierno de Margareth Thatcher durante la Guerra de Malvinas de 1982, entregando detalles de un pacto secreto que, afirma, benefició a ambos países.

Martín Balza, exjefe militar trasandino y veterano de la Guerra de Malvinas, aseveró que el acuerdo confidencial entre Chile y el Reino Unido durante el conflicto bélico que enfrentó a la potencia europea con Argentina por las Islas Malvinas reportó importantes retribuciones tanto a Santiago como a Londres.

En una columna publicada en el medio argentino Perfil, Balza, quien se desempeñó como coordinador de Apoyo de fuego de la Agrupación Ejército Puerto Argentino en la guerra, indicó que la dictadura chilena llevó a cabo una “extensa campaña de acción psicológica”, para lo cual se valió de “emisiones propias de la guerra electrónica”.

“Nuestras comunicaciones en Malvinas eran interferidas permanentemente por anónimos corresponsales chilenos -soy testigo de ello- que proferían insultos y comentarios hirientes hacia nuestras tropas. También desplegó efectivos militares en la zona limítrofe con nuestra Patagonia, para obligar a distraer fuerzas propias”, detalló el exuniformado.

En ese sentido, aseveró que aviones espías británicos, con el logo de la FACH, operaban con pilotos de la Real Fuerza Aérea británica (RAF, por sus siglas en inglés), “pero a veces, según algunas fuentes, con observadores de la FACH a bordo”.

Junto con apuntar a un interés del régimen de Pinochet por convertirse en un aliado importante del Reino Unido en Latinoamérica, Balza apuntó a otro antecedente relevante en torno a esta alianza chilena británica.

“La revelación más contundente sobre el apoyo chileno a Gran Bretaña surgió públicamente el 9 de octubre de 1999, en oportunidad de la conferencia anual del Partido Conservador británico, cuando la llamada Dama de Hierro, Margaret Thatcher, entre otros conceptos, expresó: ‘Chile es nuestro más viejo amigo en Sudamérica, desde que el almirante Cochrane ayudó a liberar a Chile del opresivo dominio español"”, mencionó.

El exjefe militar profundizó en los dichos de Thatcher, quien aseveró que Chile entregó oportunas alertas de inminentes ataques aéreos argentinos “que permitieron a la flota británica tomar acciones defensivas”.

Como parte de este pacto entre Santiago y Londres, Balza afirmó que el Reino Unido pudo disponer de la base aérea de Punta Arenas para los aviones y acciones de inteligencia y espionaje de la RAF, indicando que incluso las máquinas usaron el emblema de la FACH.

“También autorizó a las fuerzas especiales británicas a operar en su territorio”, puntualizó, añadiendo que hubo intercambio de información e inteligencia, “incluyendo el monitoreo y descriptado de códigos y señales argentinos, que les proporcionó la Armada chilena”.

Por su parte, expresó Blaza, Chile recibió seis bombarderos de gran altura Camberra, usados en operaciones secretas durante el conflicto y un escuadrón de caza-bombardero Hawker.

Además, el veterano de Malvinas aseguró que Londres derogó las restricciones británicas a la venta de armas a Chile, la provisión de uranio enriquecido y la oferta de un reactor nuclear inglés tipo Magnox.

El combatiene sostuvo que el gobierno de Thatcher también apoyó la neutralización de las investigaciones realizadas por la ONU sobre las violaciones de los Derechos Humanos por parte del régimen de Pinochet.

Finalmente, Balza remarcó que “nada debilitará el sentimiento de amistad y de hermandad con el pueblo chileno, que jamás se vio afectado por las decisiones tomadas por la dictadura de Pinochet”.

“Se consolidan con la verdad histórica expresada con sinceridad y respeto”, cerró en su columna.