El Supremo Tribunal Federal de Brasil desestimó la solicitud del presidente Jair Bolsonaro para declarar por escrito en el caso de las acusaciones del exministro de Justicia, Sergio Moro, quien le acusa de intentar interferir en pesquisas policiales para proteger a familiares y aliados.

Según reportó la Folha de Sao Paulo, el juez Celso de Mello argumentó que Bolsonaro debe ser interrogado en persona, por cuanto tiene condición de investigado, mientras que legalmente podría testificar por escrito si participara en calidad de testigo o víctima.

Moro, de 47 años, renunció a la magistratura para convertirse en 2019 en ministro del mandatario ultraderechista y continuar la cruzada anticorrupción iniciada con Lava Jato. Esa investigación llevó a la cárcel a empresarios y políticos poderosos, incluido Lula da Silva, quien sostiene que es inocente.

En abril, Moro dio un portazo al gobierno, al acusar a Bolsonaro de intentar interferir en investigaciones de la Policía Federal. Hoy el mandatario lo tilda de “traidor” y Lula de “canalla”.

El video

En mayo, el caso alcanzó uno de sus puntos más álgidos tras la filtración de un video donde Bolsonaro se refiere en duros términos a varias entidades del gobierno y la Policía Federal, en medio de la propagación de la pandemia del Covid-19.

En el registro, difundido por orden de un juez del Supremo Tribunal Federal, se escucha al mandatario afirmar que está frustrado por no lograr obtener información de la policía y en el que promete cambiar a los ministros del gabinete si es necesario, para proteger a su familia.

El mismo juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Celso de Mello, generó además una virulenta reacción del gobierno al transmitir un pedido de aprehensión del celular de Bolsonaro, decisión que tendría “consecuencias imprevisibles” y comprometería la “estabilidad”, según el jefe del Gabinete de Seguridad Nacional, general Augusto Heleno.

En el video, que las televisiones brasileñas pasaban una y otra vez por la noche, con fondo de cacerolazos de protesta en varias ciudades, se le oye decir: “¡Ya traté de cambiar a personas de nuestra seguridad en Río de Janeiro, oficialmente, y no lo conseguí! No voy a esperar a que jodan a toda mi familia, a mis amigos, porque no puedo cambiar a alguien de la seguridad en la punta de la línea de nuestra estructura”.

Bolsonaro asegura que la grabación no lo incrimina. A pesar de admitir que en la reunión se refirió a amigos y familiares, alega que estaba hablando de su seguridad personal y no de blindarlos ante investigaciones de la Policía Federal.