El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a cuestionar este jueves los datos alarmantes de deforestación de la Amazonía publicados por un organismo oficial y afirmó que ese tipo de información “que no corresponde a la verdad” dañan su fama y la de Brasil.

“Una noticia de esas provoca un daño muy grande para Brasil. Parece que no fue culpa de la prensa sino de alguien dentro del INPE (Instituto Nacional de Investigación Espacial, órgano que mide la deforestación de la Amazonía)”, aseguró el líder ultraderechista.

De acuerdo con el gobernante, “Parece que divulgaron esos datos de mala fe para perjudicar el Gobierno y desgastar la imagen de Brasil”.

Presuntos errores de medición

La alerta fue hecha en una rueda de prensa en la que el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, divulgó un estudio según el cual las últimas informaciones sobre deforestación en la Amazonía anunciadas por el INPE contienen graves errores de medición por incluir áreas que ya habían sido devastadas meses atrás o áreas que fueron contabilizadas dos veces por superposición de imágenes.

Según el INPE, las alertas de deforestación emitidas por su sistema de detección en tiempo real (DETER) aumentaron en junio un 88% respecto al mismo mes de 2018. En los últimos doce meses, el aumento fue del 40%, según datos divulgados por el diario Estado de Sao Paulo.

De acuerdo a un reportaje publicado por el New York Times, la zona brasileña de la Amazonía ha perdido más de 3.000 kilómetros cuadrados de bosque desde que Bolsonaro llegó al poder, citando los datos dados por el INPE.

El medio estadounidense agrega que durante el primer semestre de 2019, la aplicación de sanciones o medidas para evitar la tala ilegal se redujeron en un 20% en comparación a 2018, por lo que grandes zonas de selva y bosque pueden ser explotadas sin oposición gubernamental.

Argumentos de Bolsonaro no convencen a organizaciones ambientalistas


“El presidente y tres ministros estuvieron una hora criticando a la ciencia y tratando de maquillar la realidad.
En ningún momento presentaron soluciones concretas para el problema real de la deforestación”, denunció Marcio Astrini, coordinador de Políticas Públicas de Greenpeace. “Al poner en duda los datos del INPE, el gobierno solo intenta esconder la verdad”, agregó.

En Brasil se encuentra el 60% de la selva amazónica, considerada el “pulmón del planeta”, amenazada por el avance de la agricultura, la ganadería y las concesiones mineras, entre otras actividades.