Corría 2006 y la entonces exministra de Ricardo Lagos, Michelle Bachelet, se jugaba el balotaje contra el actual mandatario Sebastián Piñera para convertirse en la primera presidenta de Chile.

El asunto no pintaba fácil. En la primera vuelta, Bachelet se distanció cómodamente con 45,9% de los votos. Sin embargo las 25,4% de las preferencias de Piñera podían sumarse a las 23,3% de Lavín y dar vuelta el resultado. Cada voto contaba.

Fue así que el comando de la Concertación planificó un cierre de campaña magistral. Más de 200 mil personas se congregarían frente al Centro Gabriela Mistral (GAM), en la Alameda en Santiago, para un espectáculo multitudinario, cuyo plato fuerte sería la participación de 4 grandes de la música hispana: Ana Belén, Víctor Manuel, Ismael Serrano y el propio Miguel Bosé.

Parecía una historia de amor. Bosé apareció vestido de blanco entre los gritos de sus fans y luego de dedicarle su clásica “Te amaré” a la candidata presidencial, se encargó de lavantar su mano en alto augurando la victoria, en una imagen que pasó a la historia.

Emol
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“Estamos acá porque estamos hablando de libertades. Chile ha logrado anclarse a la democracia y no queremos de ninguna manera que esto se pierda”, indicó en la ocasión Bosé, asegurando que no recibieron pago alguno por participar del acto político.

El gesto sería devuelto en 2008 cuando, ya ungida como presidenta, Bachelet recibió con honores a Bosé en La Moneda, previo a su participación en el Festival de Viña del Mar.

“Linda, te voy a ser sincero…”

Las cosas sin embargo comenzaron a enfriarse en 2013. Para entonces, Bosé, nuevamente ad portas de subir a la Quinta Vergara, declaró de forma tajante que no volvería a brindar un apoyo político como hizo entonces con Bachelet.

“Yo no vuelvo a acercarme a un político en el resto de mi vida. Mi desencanto hacia la clase política es tan grande, que sólo podía acercarme a un político a condición de que fuese de clase nueva”, indicó en la rueda de prensa.

Su cercanía con los artistas y el pueblo venezolano se encargarían de hacer el resto. Luego de un duro 2017, donde perdió por culpa del cáncer a Bimba, su sobrina favorita; seguido de un 2018 aún peor al terminar su relación de 25 años con Ignacio Palau, con una ácida separación de sus hijos incluida, Bosé ya no estaba para sutilezas.

“Señora Bachelet, Alta Comisionada de los DD.HH. ante la ONU, le copio y le reitero: ¿para cuándo va usted a actuar? ¿qué más le hace falta para ir a Venezuela e intentar parar tanto crimen y abuso de Derechos Humanos? Responda”, le desafió públicamente el 8 de febrero de este año el hispano-panameño a través de Twitter, luego de que la expresidenta de Chile siguiera dilatando una visita al país caribeño.

La publicación logró más de 11 mil retuiteos.

Exactamente dos semanas después, sobre el escenario del Venezuela Aid Live, dejó escapar toda su exasperación.

“Le acaban de dar su cargo, así que Michelle Bachelet ven aquí. ¡Mueve tus nalgas y hazte valer con la autoridad que tienes o si no para esto no sirves!, ¡fuera!”, gritó, entre los aplausos de los asistentes.

Y aunque “Te amaré” seguía en el repertorio, esta vez la vista de Bosé ya no buscaba otros ojos con los que encontrarse…