Los manifestantes que se encuentran presos por participar en las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega permanecen recluidos en celdas oscuras, insalubres, húmedas y expuestos a enfermedades e insectos, denunciaron este miércoles sus familiares en Nicaragua.

“Muchos están padeciendo diabetes, problemas de presión arterial, infecciones renales, gastritis, infecciones en la piel, hongos en los pies, ataques epilépticos, ansiedad, depresión e insomnio”, indicó el Comité Pro Libertad de Presos Políticos en un comunicado leído en rueda de prensa.

La declaración dice que también “se han documentado casos de aborto” por falta de atención médica en la cárcel.

El caso más preocupante es el de Brenda Muñoz, una manifestante de 45 años que fue detenida hace más de tres meses bajo cargos de “terrorismo”, quien padece de fuertes dolores por un cáncer terminal.

“Cuando tiene crisis por un cáncer en el páncreas”, las prisioneras piden ayuda y el médico “aparece como 10 horas después con acetaminofén”,
dijo a la AFP Daniel Esquivel, esposo de una de las detenidas en la cárcel de Mujeres “La Esperanza”.

Recientemente, ocho de las 17 reclusas “políticas” en este penal protestaron pintándose los labios de rojo, un nuevo símbolo de rebeldía contra el gobierno, y en represalia los oficiales las dejaron dos horas bajo un intenso sol.

Nicaragua enfrenta desde abril una ola de manifestaciones antigubernamentales que han sido reprimidas violentamente, y que hasta ahora dejaron al menos 320 muertos y miles de de personas abandonaron el país.

El comité, que agrupa a familiares de los 558 manifestantes actualmente presos, dijo que los opositores están encerrados en celdas sin ventilación, sin luz y húmedas.

Las autoridades solo permiten visitarlos una vez al mes, les quitaron el derecho a llamadas telefónicas y a tener una hora de recreación,
mientras que la comida que les proporcionan es “insalubre”, sostuvo el comité.

El ingreso de alimentos a la cárcel también es limitado y cuando llevan medicamentos con receta no los entregan a los reos, agregaron.

Unos 18 presos políticos permanecen detenidos en las celdas de máxima seguridad conocidas como “el infiernillo”. Entre ellos está Medardo Mairena, uno de los dirigentes de la opositora Alianza Cívica.

Allí “son atacados con grilletes, cadenas con esposas que unen manos, cinturas y pies, el calor es insoportable y las condiciones de salud son más que preocupantes”, alertó el comité.

“Para ellos es lo mismo la noche que el día, son celdas oscuras” en las que entran “animales, hormigas, alacranes y todo tipo de insectos”, contó a AFP Brenda Gutiérrez, cuyo hijo está detenido en “el infiernillo”.