Las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) son un grupo rebelde de origen ugandés, pero en la actualidad tienen sus bases en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), cerca de la frontera que este país comparte con Uganda. Desde 1998 el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes, donde a veces la organización terrorista Estado Islámico (EI) se responsabiliza de sus ataques.

Este martes se confirmó que al menos cinco personas murieron y que 45 fueron secuestradas la noche del sábado en República Democrática del Congo.

Aquello fue denunciado a EFE esta jornada por un activista de la sociedad civil.

Se trataría de un ataque atribuido a los rebeldes de origen ugandés de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) en el este de la República Democrática del Congo (RDC).

Las ADF son un grupo rebelde de origen ugandés, pero en la actualidad tienen sus bases en el noreste de la RDC, cerca de la frontera que este país comparte con Uganda.

“Las ADF incendiaron unas 250 casas y secuestraron a 42 personas. Sin embargo, anoche nos enteramos que otras tres personas, incluyendo menores de 15 años, fueron también raptadas por los mismos atacantes”, explicó este martes por teléfono Jean Jacques Openji, coordinador de la organización “Allez-y les FARDC” (“Vamos, FARDC”), que apoya las acciones de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC).

El ataque se produjo en la localidad de Busiyo, en el territorio de Irumu, en la provincia de Ituri, la noche del sábado al domingo y causó la muerte de al menos cinco personas, incluyendo cuatro menores, aseguró Openji.

Según este activista, el asalto provocó el desplazamiento de prácticamente toda la población de la aldea, que fue ocupada por el Ejército congoleño.

Nuevos ataques

Durante las últimas semanas decenas de civiles han muerto en una nueva ola de ataques de las ADF, con al menos 25 fallecidos en un asalto el 25 de junio en la localidad de Mamove, en el territorio de Beni.

En este sentido, Edgard Mateso, vicepresidente de la sociedad civil de la provincia de Kivu del Norte – colindante con Ituri – lamentó a finales de junio un aumento en la actividad del grupo en Beni, ahora que las FARDC han concentrado casi todos sus esfuerzos en combatir a los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) en el vecino territorio de Rutshuru.

Esta milicia fue responsable de unas 1.260 muertes en 2021, convirtiéndose en el grupo armado más letal de la RDC, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR).

Además, las autoridades de Uganda acusaron a las ADF de organizar en noviembre de 2021 tres atentados suicidas dentro de su territorio.

Estado Islámico en República Democrática del Congo

Los objetivos del grupo son difusos más allá de una posible vinculación con la organización terrorista Estado Islámico (EI), que en ocasiones se responsabiliza de sus ataques.

Aunque los expertos del Consejo de Seguridad de la ONU no hallaron pruebas de un apoyo directo del EI a las ADF, Estados Unidos las identifica desde marzo de 2021 como “una organización terrorista” afiliada al grupo yihadista.

Con el objetivo de neutralizar a las ADF, los Ejércitos de la RDC y Uganda empezaron a finales de noviembre de 2021 una operación militar conjunta en suelo congoleño que aún sigue en curso.

Desde 1998 el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de los soldados del Ejército, pese a la presencia de la misión de la paz de la ONU (Monusco), con más de 14 mil efectivos desplegados.

La ausencia de alternativas y métodos de subsistencia estables han empujado a miles de congoleños a tomar las armas y, según el Barómetro de la Seguridad de Kivu (KST, por sus siglas en inglés), esta región ahora es el campo de batalla de al menos 122 grupos rebeldes.

De acuerdo a Human Rights Watch, poner fin a las amenazas contra los medios, los Derechos Humanos, la expresión y la reunión pacífica serán centrales para el gobierno de Felix Tshisekedi, de cara a las elecciones de 2023.