El conflicto en Etiopía, que desde principios de noviembre enfrenta a las fuerzas gubernamentales federales con las de la región de Tigré, está “fuera de control”, estimó el miércoles Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
“La situación en Etiopía es realmente preocupante y volátil”, destacó Bachelet en una conferencia de prensa en Ginebra, insistiendo en el impacto que el conflicto tiene sobre la población civil, y defendiendo la necesidad de una “observación independiente” de los abusos de Derechos Humanos que se han registrado en la región.
Cerca de 50.000 etíopes se han refugiado en Sudán, al otro lado de la frontera, mientras que buena parte de 96.000 refugiados provenientes de Eritrea que estaban en la zona huyeron y se encuentran en campamentos precarios, aislados y sin ayuda humanitaria.
Miles de personas murieron en la ofensiva ordenada por el primer ministro Abiy Ahmed, Premio Nobel de la Paz 2019, para expulsar a los dirigentes de Tigré, procedentes del Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF).
Según Bachelet, “los combates continúan en Tigré a pesar de que el gobierno federal diga lo contrario”. También añadió que sus servicios habían podido confirmar información sobre “violaciones graves de los derechos humanos”, secuestros y violencia sexual.
“Se ha informado de que se está reclutando por la fuerza a jóvenes de Tigré para luchar contra su propia comunidad”, precisó la Alta Comisionada, y destacó la urgencia de poder visitar el país para hacer una evaluación independiente de la situación.
A su vez, denunció los obstáculos puestos a la distribución de la ayuda. “A pesar de un acuerdo entre el gobierno y las Naciones Unidas, no ha sido posible el acceso libre”, añadió.
La responsable de los derechos humanos de la ONU expresó su preocupación por la presunta discriminación contra los habitantes de Tigré en el resto del país. “Oímos hablar de destituciones, incluso entre los funcionarios públicos, del acoso de periodistas de Tigré y de declaraciones de odio contra los habitantes de esa región. Este tipo de acciones discriminatorias es profundamente injusto, provoca la división y prepara el terreno para la inestabilidad y el conflicto”, concluyó.