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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El panelista de "Hay que decirlo", Willy Sabor, regresó al programa tras ser víctima de un violento asalto tipo encerrona en Cerro Navia. Los delincuentes los intimidaron con armas de fuego, llevándose el auto en el que se transportaban. Willy compartió en pantalla detalles del hecho, recordando que acompañaba a un amigo en la venta de un celular. Aunque afectado, considera que acompañar a su amigo fue lo correcto y advierte a jóvenes sobre transacciones peligrosas.

Willy Sabor retomó este martes sus labores como panelista de “Hay que decirlo”, el programa de farándula de Canal 13 donde se refirió al violento asalto que sufrió en Cerro Navia la semana pasada.

El hecho fue dado a conocer el viernes en el mismo programa televisivo junto con los primeros detalles del hecho: un asalto del tipo encerrona donde Willy y su acompañante fueron intimidados con armas de fuego.

Al momento del delito, el comediante acompañaba a un amigo en la venta de un celular. Tras el atraco, los delincuentes se llevaron el auto donde ambos se transportaban.

“La persona que me graba con el tema de mis marcas, Cristián, quien vive en la Laguna de Aculeo, de gente tranquila, de familia y que no anda con la maldad, me dijo ‘tengo un teléfono que lo tengo vendido con unas niñas en Cerro Navia’”, recordó Willy en pantalla, tal como detalla un reporte de Página 7.

“Entonces yo le dije: ‘¿Cerro Navia?’. Y me contestó: ‘acompáñame para que sea más creíble, tú sabes cómo es esta cuestión’ (…). Y lo acompañé”, agregó. “Nos estaban esperando 7 personas con pistolas (…) eran chilenos, me saludaron y todo”, dijo.

A días del asalto, Willy cree que la decisión de acompañar a su amigo fue la correcta: “Quizás era mejor que lo acompañara, si no se lo hubieran cocinado, lo habrían matado”, confesó.

“En todo caso, a él le robaron todo, auto y sus equipos, fue lamentable… Lo único que puedo decir, sobre todo a los jóvenes que hacen muchas transacciones, no lo hagan y traten de evitar ese tipo de situaciones (…). Dicen que lo hagan en una comisaría, pero donde sea es peligroso”, afirmó.

“Me dio rabia, ando bajoneado, ando cojo, me pegaron en un ojo (…). Ando con rabia. Cambió el mundo y también cambió la delincuencia, y estos tipos se desesperan por los celulares”, reflexionó.