El director de cine logró un jugoso contrato con el gigante del streaming. Sin embargo, terminó gastando el dinero en apuestas sobre el COVID y jamás grabó ni siquiera un capítulo de la serie que comprometió.

En 2013, la película protagonizada por Keanu Reeves, 47 Ronin: la leyenda del Samurai, llegaba a los cines del mundo de la mano del cineasta británico Carl Rinsch. Sin embargo, tan pronto como la cinta aterrizó en las salas se convirtió en un fracaso en taquilla.

De acuerdo a Forbes Colombia, el film tuvo una inversión de 175 millones de dólares y solo logró recaudar 151 millones de dólares, es decir, ni siquiera pudieron recuperar el dinero invertido. Por esta razón, la producción se ubica hasta el día de hoy como uno de los peores fracasos del cine.

Y pese a que casi todo el mundo estaba enterado de esta estrepitosa pérdida, el gigante del streaming, Netflix, parece haber sido el único que no se enteró de la noticia. Al menos así lo deja de manifiesto una investigación del New York Times, donde se expone la millonaria estafa de la que fueron víctimas gracias a Carl Rinsch.

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Netflix y Amazon en disputa por Carl Rinsch

En pleno 2018, cuando el streaming empezaba su auge, el que no hizo más que aumentar durante la pandemia, los servicios se peleaban por conseguir producciones originales.

Los 200 programas que se producían pronto se convirtieron en 500, por lo que cuando Rinsch mostró su idea de una serie de ciencia ficción sobre humanos artificiales -en ese entonces llamada White Horse (Caballo Blanco, en español)- Amazon y Netflix se lanzaron tal cual ave de carroña por ella.

De acuerdo a la investigación del Times los representantes del británico lograron un acuerdo por “ocho dígitos” con Amazon, pero antes de que este se formalizara, el streaming de la N roja le ofreció “millones de dólares más” a Carl Rinsch.

“Cindy Holland, que en ese entonces era la vicepresidenta de contenido original de la empresa, llamó a Rinsch a su casa un domingo y ofreció millones de dólares más, así como algo que los estudios rara vez les otorgan a los directores: el derecho al corte final“, detalla la investigación del Times.

Después de recibir esta jugosa oferta, la decisión era fácil. Netflix.

¿Adónde se fue el dinero?

Según revela la investigación, el streaming le hizo una entrega inicial de 55 millones de dólares, además de darle total libertad presupuestaria y creativa. Un error enorme, si se evalúa lo que ocurrió después.

Tan pronto como se cerró el contrato, el comportamiento del británico se volvió “errático”, lo que quedó de manifiesto, según los testimonios de miembros del elenco, de equipo técnico, además de mensajes de texto y correos electrónicos a los que tuvo acceso el periódico, todo esto sumado a la demanda de divorcio presentada por su esposa, donde se detalla una serie de malas decisiones del director de cine.

Con la llegada de la pandemia en 2019, Rinsch comenzó a usar el dinero en apuestas. Entre ellas resalta que apostó a que las acciones de la empresa de biotecnología Gilead Sciences se dispararían después de anunciar un fármaco antiviral para pacientes con Covid. El cineasta perdió 5.9 millones de dólares de Netflix en solo semanas.

Tras una serie de comportamientos extraños, alucinaciones y un periodo de grabación de la famosa producción en el extranjero, la esposa del cineasta le pidió el divorcio. No obstante, poco antes Rinsch le solicitó al streaming 11 millones de dólares más.

Esta cifra la usó para comprar criptomonedas, de las que afortunadamente ganó 27 millones de dólares en 2021. Con este dinero, el británico “compró cinco Rolls-Royce, un Ferrari, un reloj Vacheron Constantin de 387.630 dólares y millones de dólares en muebles lujosos y ropa de diseñador”, consigna el Times.

Rinsch vs. Netflix

El cineasta usó como excusa que estas compras correspondían a utilería para la serie, y que, de hecho, el servicio de streaming le debía más de 14 millones de dólares, puesto que el dinero “invertido” era suyo por contrato.

Con este argumento, Carl Rinsch se encuentra actualmente en una disputa legal con Netflix, a quienes acusa de haber roto el contrato de manera unilateral y de deberle la millonaria cifra.

Por su parte, Netflix se defendió asegurando que los pagos corresponden al cumplimiento de ciertas etapas de producción, los que hasta ahora no se han concretado, puesto que a cinco años de haber firmado el contrato, Rinsch no ha entregado ni siquiera un capítulo de la serie.