Bolivia aumenta sus reservas internacionales en busca de estabilidad por crisis de dólares

Las reservas internacionales netas (RIN) de Bolivia alcanzaron un saldo de US$2.881 millones hasta agosto, lo que representa un incremento de US$905 millones, según ha informado el Banco Central de Bolivia.

Este aumento responde a los esfuerzos del país por conseguir su estabilidad económica en un contexto marcado por las tensiones comerciales generadas por Estados Unidos y por la crisis que afecta a la población boliviana, fruto de la escasez de dólares, hidrocarburos y la inflación creciente.

La entidad asegura que el bloqueo de la Asamblea legislativa a la aprobación de créditos externos por más de US$1.700 millones “limitó el ingreso de divisas al país”, algo que intensificó los efectos de la inflación y presionó la actividad económica.

Reservas internacionales de Bolivia

Durante el segundo cuatrimestre del ejercicio, el banco central adquirió 4,93 toneladas de oro fino en el mercado interno hasta alcanzar un total de 9,87 toneladas que fortalecieron las (RIN) en US$1.093 millones.

En este mismo período, la institución continuó con los pagos por importación de combustibles que sumaron un total de US$1.282 millones. Asimismo, las reservas internacionales permitieron realizar el pago del servicio de la deuda externa pública de US$1.050 millones.

En octubre, Bolivia vivirá un histórico balotaje entre los opositores Rodrigo Paz y Jorge “Tuto” Quiroga. Quien resulte electo, deberá enfrentar la crisis económica que atraviesa su país.

Junto con la falta de dólares, las filas para cargar combustibles ya son comunes, dado que la mayoría de los hidrocarburos se importan, lo que se suma a las dificultades para conseguir financiamiento del subsidio a la gasolina y diésel. También está la inflación, que entre enero y julio acumuló un 16,92%.

Y en este contexto es que han surgido declaraciones de Quiroga, quien señaló que pediría a Javier Milei y el próximo presidente de Chile conformar una “potencia del litio”, con Bolivia a la cabeza, mientras que Paz propuso legalizar los “autos chutos”, vehículos robados -muchos de ellos en territorio chileno- y que son revendidos de forma ilícita en el país andino.