Brasil, uno de los mayores productores mundiales de alimentos, recogerá este año una cosecha récord de 247 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 2,3% con respecto a 2019 a pesar de la crisis del coronavirus, según cálculos del Gobierno divulgados este martes.

En números totales supondrá un incremento de 5,5 millones de toneladas más de cereales, legumbres y oleaginosas frente al año pasado, según el último balance del estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).

El resultado será impulsado por la cosecha de soja y arroz, que crecerán un 6,7% y un 3,5% en la comparación anual.

“El clima benefició bastante a la soja”, así como el precio de la misma, por lo que “los productores ampliaron el área de plantío”, señaló el analista agropecuario del IBGE Carlos Antonio Barradas.

No obstante, el Gobierno proyecta un descenso del 3,4% en la cosecha de maíz.

Según las estimaciones oficiales, el área cultivada en Brasil alcanzará este año las 64,5 millones de hectáreas, equivalente a una subida del 2,0% frente a 2019.

El campo brasileño esquivará así los efectos de la pandemia y se mantendrá como uno de los motores económicos del país frente a otros sectores productivos que ya empiezan a sentir las graves consecuencias del Covid-19.

El sector de servicios de Brasil cayó un 6,9% en marzo frente a febrero, el peor resultado desde el inicio de la serie histórica en enero de 2011, mientras que la producción industrial se desplomó un 9,1% en la misma comparación.

Según analistas consultados por el Banco Central, la economía brasileña entrará en recesión este año con una caída del 4,11% del Producto Interno Bruto (PIB).

En la mayoría de los 27 estados brasileños continúan vigentes medidas de aislamiento que han llevado al cierre de comercios y escuelas para frenar la expansión del coronavirus, que hasta este lunes dejaba en el país 11.519 muertes y cerca de 170.000 contagios.