Los "osos de agua" pueden sobrevivir a condiciones extremas a través de un proceso que hace que su metabolismo sea más lento. Son prácticamente indestructibles.

¿Podrán los humanos detener su envejecimiento en el futuro? Los científicos ya están estudiando esa posibilidad y, de hecho, encontraron una posible forma de ralentizarlo gracias a los tardígrados, mejor conocidos como “osos de agua”.

Los osos de agua, son una especie microscópica, miden menos de un milímetro de largo, pero sobreviven a ambientes y condiciones extremas. Tan extremas, que incluso soportan la exposición directa al vacío espacial.

De acuerdo con DW, los tardígrados pueden soportar temperaturas desde 0 hasta 150° C, sobreviven décadas sin agua y resultan ilesos cuando son expuestos a niveles de radiación que para humanos serían letales.

En promedio, estos animalillos viven 2,5 años, según Muy Interesante, pero tienen una condición que los puede hacer sobrevivir por décadas. Los científicos incluso lo llaman un “superpoder”.

¿Por qué los osos de agua tendrían la “cura” para el envejecimiento?

Los tardígrados tienen una capacidad especial que se conoce como “biostasis”, un estado de animación suspendida al que acuden cuando se enfrentan a la adversidad.

En ese momento, los osos de agua retraen su cabeza y se deshidratan, convirtiéndose en una especie de bola. Esto hace que su metabolismo se haga más lento y se reduzca a niveles casi indetectables.

Los científicos dicen que esta condición se parece bastante a la muerte y que podría tener importantes aplicaciones para la ciencia médica y la biotecnología.

Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Wyoming (UW) está experimentando con esta posibilidad, y en un estudio publicado en la revista Protein Science, a mediados de marzo, detallan qué es lo que hace que esta especie entre y salga de la biostasis.

Los expertos estudiaron las proteínas específicas que permiten a los tardígrados sobrevivir y encontraron una llamada CAHS D, que es clave para la biostasis.

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Así, introdujeron esta proteína en células humanas y descubrieron que tiene un efecto parecido. “Sorprendentemente, cuando introducimos estas proteínas en células humanas, se gelifican y ralentizan el metabolismo, igual que en los tardígrados“, explicó Silvia Sánchez-Martínez, del Departamento de Biología Molecular de la UW.

“Además, al igual que los tardígrados, cuando pones las células humanas que tienen estas proteínas en biostasis, se vuelven más resistentes al estrés, confiriendo algunas de las capacidades de los tardígrados a las células humanas”, agregó.

Adicionalmente, cuando se acaba el estrés y la proteína CAHS D deja de hacer efecto, las células humanas recuperan su estado normal. Los investigadores pronostican grandes aplicaciones médicas con los osos de agua, pero advierten que todavía queda mucho por estudiar.

“Nuestros hallazgos abren una vía para la búsqueda de tecnologías centradas en la inducción de la biostasis en células e incluso organismos enteros para ralentizar el envejecimiento y mejorar el almacenamiento y la estabilidad”, concluyen.