“Ya que a Pinochet no se le juzgó en vida y escapó de la justicia, ¿por qué no juzgarlo después de muerto? ¿Y por qué no hacerlo en una novela gráfica de terror y fantasmas?”, se preguntó el ilustrador Félix Vega al comenzar el proyecto que años más tarde se transformaría en Los fantasmas de Pinochet, libro que hoy, después de cuatro años de trabajo junto al escritor Francisco Ortega, llega a librerías.

Esta publicación, que reúne por primera vez a Ortega y Vega, plasma los últimos días del dictador y el enfrentamiento de esta figura con sus demonios personales y su propia historia. El autor de Alienígenas chilenos comenta que la investigación para dar forma al guion incluyó revisión de prensa, bibliografía, y “entrevistas a gente cercana a Pinochet, que accedió a conversar conmigo off the record. Una de las fuentes, que murió hace menos de un año, trabajó directamente con el dictador y de alguna manera sentía que necesitaba descargarse. Fue muy fuerte todo”, expresa Ortega.

“Quería transitar el terror desde la experiencia del antagonista”, afirma Félix Vega. “El proyecto necesitaba un guionista que entendiera y manejara con destreza el lenguaje del cómic”, agrega el creador de Duam. “Francisco Ortega era el indicado que se atrevió a embarcarse en esta locura y aportó enormemente al proyecto. Él realizó un auténtico tour de force y escribió un guion impresionante y estremecedor”, destaca el ilustrador.

Francisco Ortega y Félix Vega entregan un relato que toma la historia de Chile y explora el mundo interior de Pinochet, “adentrándose en las deudas, horrores y temores que pavimentaron su camino al infierno”, adelantan desde la producción.

La obra

Los fantasmas de Pinochet recrea los últimos días de vida del dictador y, alterna ese momento con flashbacks biográficos que permiten comprender los hitos que formaron a este personaje tan oscuro como complejo. El uso del color va ligado precisamente a los momentos en que se sitúa el relato: Tonos realistas para el presente de la narración; sepia para la infancia y juventud del protagonista; blanco y negro para el período de la dictadura; y una paleta expresionista y febril para el juicio post mortem que los autores recrearon.

Portada | Cedida
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“Las diferentes paletas de color ayudan a seguir mejor el relato enrevesado que salta a diferentes épocas sin orden cronológico”, comenta el ilustrador. “Fue muy complejo, intenso y doloroso ilustrar esta novela gráfica. Tuve que replantear y cambiar totalmente mi estilo de dibujo, color y narración para poder transmitir la intensidad de lo narrado”, agrega.

“El libro se centra en una nueva manera de mostrar la vida de Pinochet, a través del uso de elementos de la ficción. La clave es el enfoque y la forma, más el cómo que el qué de las cosas. Es básicamente una novela histórica basada en hechos reales”, afirma Ortega.