A mediados del siglo pasado, la Universidad de Chile encargó cuatro destacados fotógrafos que recorrieran el país, de Arica a Magallanes, retratando a sus trabajadores y trabajadoras en tiempos de la industrialización y de profundas tensiones entre el campo y la ciudad.
A partir de ese trabajo surgió Rostro de Chile, la exposición fotográfica de mayor envergadura en la historia de nuestro país y Latinoamérica. Más de sesenta años después y una larga investigación, esa muestra es rescatada en un libro. Un libro en el que se incluye material inédito.
El libro Rostros de Chile ha sido editado por el Archivo Andrés Bello de la Universidad de Chile, y está disponible para libre descarga para toda la comunidad.
Idea para celebrar los 15º años de la Independencia
La idea de una exposición que retratara Chile surgió con motivo del aniversario 150 de la independencia del país. La idea fue de Antonio Quintana: recorrer el país y explorar sus diferencias sociales, étnicas y regionales a través de sus trabajadores y trabajadoras.
Acogida por la Universidad de Chile, la idea fue realizada por el equipo del Laboratorio Central de Fotografía y Microfilm de la casa de estudios. El equipo era liderado por el fotógrafo Roberto Montandón, quien, junto a Quintana, serían los encargados de la dirección artística, guion y curadores de la iniciativa.
Montandón y Quintana se hicieron cargo del norte de Chile. Domingo Ulloa y Mario Guillard del sur. Viajaron ayudados por equipos de colaboradores regionales.
“Rostro de Chile” tuvo una envergadura nunca antes vista: no sólo se debía recorrer el país por todos sus rincones, sino que además presentaba enormes desafíos tecnológicos en el desarrollo de los negativos. La exposición fue un hito en la historia de la fotografía chilena por las dificultades técnicas que supusieron el revelado y la ampliación en gran formato, tarea de la cual estuvo a cargo de Domingo Ulloa, quien, además de viajar por el país, fue el responsable de las ampliaciones análogas de las 410 imágenes que darían vida a los 87 paneles de la exhibición.
Exposición Rostros de Chile
Los fotógrafos Antonio Quintana, Roberto Montandón, Domingo Ulloa y Mario Guillard, viajaron durante más de dos años. Realizaron más de siete mil fotografías buscando retratar las realidades y protagonistas de cada rincón del país.
De ese gran archivo realizado por ese equipo, 410 fueron seleccionadas para la exhibición inaugurada, en la Casa Central de la Universidad de Chile, el 13 de octubre de 1960. Una muestra histórica, una referencia en el desarrollo de la fotografía chilena.
“Fue una exposición en clave abierta a la ciudadanía, es parte de la escena social, cultural y artística del país”, explica Andrea Durán, coordinadora de la Unidad Gráfica Digital y encargada del Archivo Fotográfico del Archivo Central Andrés Bello de la U. de Chile (ACAB). Para ella, Rostro de Chile es el hito más relevante de la historia de la fotografía en Chile durante el siglo XX.
La muestra fue un gran éxito total. Logró 50 mil visitas en sus dos primeros meses de exhibición en la Casa Central de la Universidad. Luego tuvo una itinerancia por distintos lugares de la capital y otras regiones del país. Por último, fue llevada a 14 países durante nueve años, incluyendo México, Estados Unidos y Japón, entre otros.
El proyecto original fue patrocinado, gestado y co-financiado por la U. de Chile, con Juan Gómez Millas, rector, y Álvaro Bunster, secretario general e impulsor principal de la iniciativa.
Libro Rostros de Chile
Seis décadas más tarde, el libro “Rostro de Chile. Reencuentro con la exposición original de 1960” reconstruye lo que fue la muestra. La publicación contiene las fotografías originales e información detallada de la exhibición, hasta ahora inédita.
Fuero años de investigación los que permitieron identificar 292 imágenes del montaje original. Ellas son parte de las 386 fotografías que presenta el libro. Como falta material por encontrar, en la publicación se presenta como “zonas oscuras”, que se requiere completar para reconstruir la historia del mayor hito de la fotografía chilena.
La propuesta del Archivo Central Andrés Bello de la U. de Chile permite reencontrarse con el imaginario visual del Chile profundo de mediados del siglo XX. Con una pluralidad de caras, figuras y sitios de un país que empezaba a cuestionarse a partir de importantes cambios productivos, sociales y culturales.
El libro “busca instalar nuevamente este repertorio y trabajo, realizado por este grupo de fotógrafos, en la circulación cultural de la ciudadanía y activar una memoria visual que está anclada a una identidad local chilena y latinoamericana”, dice Andrea Durán.
“Como Universidad de Chile nos regocija poder compartir un tesoro patrimonial que generamos hace más de cinco décadas y que hoy custodiamos para su preservación, que es la memoria de un país en constante cambio. Volver a mirar el Chile que fuimos en 1960, sobre todo a la luz del que estamos construyendo hoy, se transforma en un ejercicio fundamental para el momento constituyente que estamos viviendo. Invitamos a toda la comunidad a descargar este valioso libro”, declaró Ennio Vivaldi, rector de la U. de Chile.
Este libro “culmina un proyecto muy sentido para esta Vicerrectoría, de volver a poner a disposición del país y el mundo parte de la icónica exposición fotográfica Rostro de Chile”, hito que “recupera paisajes, personas, sombras y relieves que retratan las formas de vida de épocas pasadas, y también el oficio y técnica de los fotógrafos de su tiempo. Como Vicerrectoría tenemos la convicción de que recuperar este material invaluable y ponerlo a disposición de la sociedad, expresa la permanente y profunda vocación pública de la Universidad de Chile”, señala Svenska Arensburg, vicerrectora de Extensión y Comunicaciones (S) de la U. de Chile.
Reconstrucción arqueológica visual
A pesar de la fama de la exhibición, se realizó un largo trabajo par identificar las fotografías y hallar los negativos de los fotógrafos entre los más de 75 mil registros que componen la Colección Archivo Fotográfico.
Por otro lado, faltaba información fundamental de la muestra. Para ello, conspiró el que nunca existió un catálogo de la exhibición original o un archivo de las ampliaciones finales. Éstas se perdieron luego de itinerar por el mundo.
En este proyecto ha sido fundamental la ayuda de Domingo Ulloa. Tras retirarse del ejercicio profesional volvió a la universidad en 2013 con la historia de la hazaña de la exposición. El trabajo para identificar las 410 imágenes de la exposición original la emprendieron basándose en una caja rotulada como “exposición Estados Unidos” que había guardado Ulloa y otra con una maqueta y negativos encontrada en el Archivo.
El proceso de este proyecto de reconstrucción ha sido denominado como una “reconstrucción arqueológica visual” por sus investigadores.
El libro se encuentra disponible para libre descarga, acá.