Tres mujeres solas-solitarias, pero con voluntad de poder para manejar sus vidas, protagonizan “Almagesto, la luz de ls estrellas”, unipersonales que dibujan en este proyecto teatral-audiovisual ciertos momentos históricos, sociales y personales que les tocó vivir como migrantes en el Norte Grande.
Por Leopoldo Pulgar Ibarra
En realidad, estos testimonios se encadenan en simbiosis con el desierto de Atacama, un territorio del país especialmente agresivo y duro por el que revolotean dramas y tragedias que ponen a prueba a sus habitantes.
Un perfil que la cámara capta, a través de los lugares donde se mueven las mujeres de la obra, fragmentos de una tierra prometida para migrantes que también se han conectado con el impactante universo nocturno estelar de la zona.
Escrito y dirigido por Pamela Meneses, este proyecto del antofagastino Colectivo Teatral Vitebolíc plantea también un pensamiento mágico, la existencia de estrellas protectoras que deciden cuidar a estas tres mujeres hasta “que encuentren el verdadero amor”.
Con una condición: que si traicionan a sus corazones los astros se apagarán poco a poco, no sólo en el desierto, sino en toda la Tierra.
Muri (Denise Juárez), altiplánica, cuyo relato se grabó en los laberintos de Roca Roja, a 10 kilómetros de Antofagasta, subsiste como caravanera intercambiando diversos productos.
Para Felisa (Viannis Díaz) su cuerpo, desplante y glamúr son esenciales en su trabajo: su historia como artista en una salitrera se grabó en la ex oficina Chacabuco, campo de concentración durante la dictadura empresarial-militar.
Finalmente, Lucynda Mamani (Paola Lattus), boliviana, habitante del actual campamento La Chimba, donde se grabó su testimonio, enlaza su vida con las luchas por la vivienda y el agua.
La obra forma parte del segmento Territorios Creativos del Festival Santiago Mil 2021 y acoge sólo como referencia formal en su título “Almagesto”, el nombre árabe del tratado astronómico de Ptolomeo (siglo II, Alejandría, Egipto) que describió a la Tierra como centro del sistema planetario.
Desarraigo y esperanzas
El desierto en su inmensidad, el viento que sopla en la pampa, la multitud de estrellas nocturnas, que se adivinan en el cielo durante el día, son el gran telón de fondo en el universo de imágenes y sonoro de una propuesta que revela el amor por el entorno y entrega una mirada entre ingenua e inquisidora sobre el acontecer femenino.
Al mismo tiempo, los tres relatos recuerdan que Antofagasta ha sido siempre un territorio de migrantes que van y vienen y que, a veces, se establecen para siempre.
En realidad, la dramaturga transita por terrenos conocidos sobre la discriminación hacia la mujer, esa que se lleva puesta como si fuera una lápida, cuyo peso se acentúa con el abandono, el desarraigo familiar y la pobreza.
Sin embargo, la directora deja amplio espacio a los aspectos más sensibles y que también pesan en las mujeres: una mirada dual sobre el pasado, la incertidumbre que presiona al destino, el compromiso con ciertas aristas de la bondad, la esperanza y la alegría que es posible encontrar, incluso, en las peores situaciones.
Son experiencias personales que van de la tranquilidad al desasosiego, eso que quiebran las expectativas y se resienten en los cuerpos actorales, siempre acompañadas por el territorio desértico o urbano como peso adicional… además del calor.
A través de un tiempo escénico más bien pausado y una voz en off que va registrando el contexto, las actrices se entregan en un ritual donde prevalece el aquí y ahora, la relación múltiple con un entorno que, en momentos, parece que las fagocita.
Verdad y naturalidad con la que Muri, la caravanera, absorbe el cambio del altiplano a la pampa, evoca el carnaval y el baile, a la niña que fue, al hijo no nacido y a la familia que hace seis meses no ve. Voces de guagua filtran la nostalgia.
Coqueta, risueña y chorreando energía se desplaza Felisa en la oficina salitrera entregando su cuerpo en nombre de la alegría y como reina de las estrellas hasta que unos ojos claros la adormecen. El viento pampino ruge.
Mientras que Lucynda, emblema migrante del campamento, encabeza la pelea por el agua y la luz, con la bandera chilena en las manos en protestas en la que hasta un muerto en su cajón alguna vez participó. Murmullo poblador solidario se agita a su lado.
Una propuesta que reubica la posición y el sentido de la presencia migrante en una zona de conflictos con extranjeros, que se instala en una perspectiva antipatriarcal para ofrecer una visión humana actual y mucho más cercana de la realidad.
ALMAGESTO, LA LUZ DE LAS ESTRELLAS
Dirección, dramaturgia y producción: Pamela Meneses
Asistencia producción: Paola Lattus
Elenco: Denise Juárez (Muri), Viannis Díaz (Felisa), Paola Lattus (Lucynda)
Registro visual: Carola Quezada, Francisco Álvarez
Montaje: Carola Quezada
Sonido directo: Adriana Araya, Antonia Varas
Post de sonido: Milenko Ildefonso
Música: Claudio Merlet
Acceso libre y directo hasta el 31 de enero en:
https://www.teatroamil.tv/videos/almagesto-la-luz-de-las-estrellas
