Hace 20 años, la película Forrest Gump era una de las grandes candidatas al premio Oscar, y de hecho ganó seis galardones incluyendo el de mejor actor y director.
Sin embargo Michael Conner Humphreys, el pequeño actor que interpretó a la versión infantil del personaje, no pudo asistir al evento más importante de la industria cinematográfica. Aunque le ofrecieron a sus padres la posibilidad que pudieran comprar boletos para ir a la ceremonia, ellos no tenían el dinero de para costearlo.
“Las entradas iban a costar mucho dinero, así que decidimos verlo por televisión como todos los demás”, señaló Michael en una entrevista con Daily Mail. “En ese momento, como un niño de 8 años, no me importó. Supongo que es la perspectiva de un niño”, agregó.
La cinta de 1994 se convirtió en todo un éxito y hasta el día de hoy sigue siendo una de las historias más recordadas en el mundo del espectáculo. La producción permitió que Humphreys pudiera visitar muchos países e incluso que estrellas como Tom Hanks o el director Robert Zemeckis, lo felicitaran por su participación.
“El éxito de Forrest Gump en los Oscar -de 1995- me benefició mucho”, reconoció el actor quien tras el impacto que tuvo la cinta en los premios, pudo visitar Alemania, Inglaterra y Japón para promover el filme.
“Ellos me mandaron a algunos países de Europa y Asia (…) y me quedaba en los hoteles más lindos”, recuerda. “Tengo un montón de recuerdos de infancia gracias a la película – muchos más que simplemente haber ido a una ceremonia de los Oscar-”, agregó.
Pero a pesar de la importancia que el filme en su vida, sus padres decidieron que se alejara de Hollywood y así lo hizo. Años después decidió unirse al servicio militar de EE.UU.
Cuando era niño y se encontraba grabando la cinta, Michael pudo volar en uno de los helicopteros de la Marina de EE.UU. y desde entonces quedó encantado con la idea de convertirse en un uniformado.
Humphreys sirvió durante cuatro años en el Ejército de Estados Unidos como un soldado de infantería, que incluyó una gira de 18 meses de servicio en Irak. Su apodo entonces, era Gump.
“Nunca he tenido ningún remordimientos de haberme unido a las fuerzas armadas y creo que, en comparación con algunas personas, yo estaba bien preparado para ello, ya que muchos de los miembros de mi familia han servido en el ejército durante los años”, explicó.
Tras ese tiempo en Iraq volvió a casa y se inscribió en la universidad de Alabama para estudiar Relaciones Internacionales. Hoy tiene 29 años y continúa enfocado en sus estudios.