Propuesta francesa de “teatro visual y danza”, sin texto, con el juego de la luz, la música y el sonido como grandes protagonistas, y un entramado de sólidas y finas cuerdas horizontales y verticales como escenografía que ofrece férrea oposición al desplazamiento, como si fuera una red de nervios y músculos que va dibujando la mecánica externa y los movimientos de un cuerpo que ha memorizado el estilo de las marionetas, ejecutado por la única y brillante actriz-bailarina en escena.

La fuerza de la obra radica en cómo se utiliza artísticamente una elaborada maquinaria para extraer el mundo interior que asoma través del cuerpo de la protagonista: nacimiento, muerte, atemporalidad, percepción de la ingravidez, lo trágico y lo cómico de la vida, ahogamiento, inmovilidad. Cerebral, simétrica y de ejecución perfecta, la obra tiene algunos momentos que sugieren algo más espontáneo y visceral, como cuando una especie de túnica, luego de bailotear alegre y nerviosa, escapa hacia un costado como liberándose de este bosque de cuerdas .

Concepción, escenografía y dirección Aurélien Bory. Coreografía: Aurélien Bory, Kaori Ito. Elenco: Kaori Ito. Música: Joan Cambon. Iluminación: Arno Veyrat