El subsecretario del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas consideró “muy productivo” su viaje de cuatro días a Cuba en el cual habló de colaboración entre aduanas y protección de fronteras, según un texto oficial entregado a la AFP.

“Este ha sido un viaje muy productivo – construyendo una relación de mutuo respeto con nuestra contraparte cubana, con un enfoque inicial en el comercio y la seguridad de viajes”, dijo Mayorkas citado en una comunicación escrita de su embajada en La Habana.

Mayorkas, nacido en Cuba y emigrado en 1960, es el funcionario de origen cubano que alcanzó mas alto rango en la administración de Barack Obama y su departamento es responsable de garantizar la seguridad del flujo de personas y mercancías entre Estados Unidos y otros países.

“Como cubano-estadounidense, es un gran honor promover la política del Presidente Obama y construir una relación más fuerte con el pueblo cubano”, expresó.

El subsecretario se entrevistó -entre martes y viernes- con el nuevo ministro del Interior, el general de división Carlos Fernández Gondín, “en un ambiente constructivo”, según una nota publicada por el diario oficial Granma.

También habló con altos funcionarios del ministerio de Transporte y Relaciones Exteriores.

Mayorkas subrayó que no hay cambios en la política migratoria de los Estados Unidos y que la Administración no tiene planes de alterar la Ley de Ajuste Cubano.

Cuba y Estados Unidos mantienen un acuerdo migratorio desde 1994-95 en virtud del cual Washington se comprometió a conceder 20.000 visas anuales y repatriar a los emigrantes interceptados en alta mar.

No obstante mantiene también la llamada política “pies secos, pies mojados”, que acoge como refugiados a los cubanos que toquen territorio estadounidense por cualquier vía.

Cuba se comprometió a evitar por medios persuasivos las salidas ilegales y reinsertar socialmente a los emigrantes repatriados, sin consecuencias legales.

La Ley de Ajuste Cuba, de 1966, privilegia a los emigrantes cubanos que lleguen a Estados Unidos legal o ilegalmente, con residencia automática y facilidades laborales.

Tras el deshielo entre ambos países, que condujo al restablecimiento de relaciones el 20 de julio, y con la nueva política migratoria cubana, muchos sectores políticos en Estados Unidos consideran obsoleta esa legislación, y proponen abolirla.

El temor a su derogación disparó el flujo migratorio cubano hacia ese país en los últimos meses, tanto por mar, como a través de terceros países.

La nota de la embajada señaló que una “migración segura, legal y ordenada” entre las prioridades de Estados Unidos.