El Supremo Tribunal Federal de Brasil ordenó este jueves la repatriación y embargo de 2,4 millones de dólares que el presidente de la Cámara de Diputados y enemigo frontal del gobierno, Eduardo Cunha, tenía en Suiza y que el país europeo ya había congelado por su supuesto origen ilícito.

“Está justificada la necesidad de la medida requerida, ya que queda efectivamente demostrada la existencia de indicios suficientes de que los valores eran procedentes de actividades criminales”, argumentó el juez Teori Zavascki en su respuesta a la petición de bloqueo y secuestro de los valores solicitado por la Fiscalía.

Los fondos de alrededor de 2,4 millones de francos suizos (unos 2,47 millones de dólares) serán transferidos ahora a una cuenta judicial en Brasil.

Según el ministerio Público, las autoridades del país europeo comenzaron a investigar las cuentas de Cunha y su mujer en abril, bajo la sospecha de que sus saldos procedieran del millonario fraude que drenó más de 2.000 millones de dólares de la estatal Petrobras.

Aunque no fue hasta final de septiembre cuando Suiza notificó a la Fiscalía brasileña del bloqueo de los fondos del matrimonio Cunha, y lo hizo antes de transferir su investigación a Brasilia, por no poder juzgarle allí.

El polémico presidente de la Cámara de Diputados -ahora con la llave para poder abrir un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff en sus manos- siempre ha negado tener cuentas en el extranjero.

Como ya hizo en otras ocasiones, Cunha afirmó este jueves ser víctima de un “bombardeo” dirigido de forma selectiva por la Fiscalía debido a “razones políticas” y basadas en “verdaderos absurdos”, en una entrevista a una televisión local recogida por el diario O Estado de Sao Paulo.

El ministerio Público, de su lado, reveló el pasado viernes que Cunha ocultó 15,5 millones de dólares al fisco, en un paso más del proceso que se inició en agosto. Fue entonces cuando la propia Fiscalía le acusó de haber cobrado sobornos por al menos cinco millones de dólares de la estructura delictiva que funcionaba en Petrobras.

El influyente legislador, que maneja la agenda política de Brasil en los últimos meses, criticó la divulgación de datos sobre su investigación, ya que consideró que deberían ser protegidos por secreto judicial, pero el STF le negó también este jueves su pedido de sigilo. 

Cunha ha vuelto a protagonizar la actualidad política de Brasil esta semana al recibir por parte de la oposición un nuevo pedido de impeachment a Rousseff sobre el que ahora deberá pronunciarse.  

Mientras, un grupo de diputados lo denunció la semana pasada ante la comisión de ética de la Cámara por mentir acerca de sus cuentas en el extranjero, un proceso que podría poner fin a su mandato y dejarlo sin la protección de fueros.