El juicio de una mujer acusada de haber matado a ocho de sus hijos a lo largo de 20 años se inició este jueves en el tribunal de Douai, norte de Francia.

La mujer, ex asistente de enfermería de 51 años de edad, reconoció haber matado a sus bebés a partir de 1989. Estos crímenes fueron cometidos sin que su familia, que ni siquiera percibió sus embarazos, se diera cuenta de nada.

El caso fue descubierto en 2010 cuando el nuevo propietario de la casa que había sido de los padres de la acusada encontró dos cadáveres de recién nacidos en el jardín.

La mujer confesó a la policía que había almacenado en su casa otros cuerpos de bebés, estrangulados al nacer, pero no pudo decir cuántos. En el lugar se encontraron otros seis cadáveres.

La justicia se planteó si era posible que su marido y sus dos hijas pudieran ignorar esos asesinatos, dado que los cuerpos estuvieron sucesivamente en el canasto de ropa sucia, en los armarios y en el garaje de la casa. La cuestión fue uno de los grandes capítulos de la instrucción, al cabo de la cual los tres fueron sobreseídos. La obesidad de la mujer facilitó la ocultación de los embarazos.

En sus declaraciones, la mujer invocó el miedo de que los bebés fueran hijos de su propio padre, con el que tuvo una relación incestuosa desde la infancia hasta su muerte en 2007.

Los análisis revelaron empero que todos los bebés eran hijos de su esposo.

El proceso tendrá por eje la comprensión de lo que lleva a una madre a matar al hijo al que acaba de dar la vida.

Los debates serán tanto más complejos cuanto los expertos no son unánimes respecto a los problemas psicológicos de la acusada, cuyo abogado cuenta alegar la “denegación de embarazo”.