La policía de Nueva York arrestó el viernes a una empleada de una cárcel de alta seguridad, a la que se acusa de haber ayudado a dos reos que protagonizaron una fuga de película y se mantienen prófugos desde hace siete días, informaron autoridades.

Enjambres de agentes locales, estatales y federales recorrían palmo a palmo los tupidos bosques al este del centro de reclusión del condado de Clinton del que Richard Matt, de 49 años, y David Sweat, de 35, escaparon usando herramientas eléctricas y arrastrándose por tuberías hasta una alcantarilla.

Los investigadores se han focalizado en descubrir quién ayudó a Matt, condenado por descuartizar en 1997 a su exjefe de 76 años, y a Sweat, encarcelado por el asesinato de un asistente del sheriff del Estado de Nueva York en 2002.

La empleada de la cárcel de Dannemora, Joyce Mitchell, de 51 años y que se desempeñaba como modista, fue arrestada acusada de “promover contrabando dentro de la cárcel” y facilitar el crimen, ambos considerados delitos graves.

Mitchell “suministró equipo o herramientas” que permitieron a los dos fugitivos escaparse, afirmó a la cadena CNN Andrew Wylie, fiscal del municipio de Clinton.

Según fuentes policiales citadas por CNN la empleada del penal habría suministrado a los detenidos, que eran vecinos de celda, hojas metálicas de serruchos, dos pares de lentes con linternas y brocas (mechas de taladro).

Funcionarios han sugerido que Mitchell podría haber sido cautivada por Matt y Sweat, y que acordó ir a buscarlos en automóvil a la alcantarilla por la que salieron el pasado sábado.

Pero cambió de parecer y fue ingresada en un hospital, presuntamente por sufrir una crisis de pánico.

The Wall Street Journal indicó que Mitchell ya había estado bajo investigación el año pasado por presuntamente tener una relación con Sweat cuando trabajaban juntos en el taller de confecciones de la prisión.

Entonces no hubo suficiente evidencia como para sancionarla, pero Sweat dejó de trabajar en la sastrería, señaló el diario.

Intensifican la búsqueda

El arresto de Mitchell fue “una gran pieza del puzzle” sobre la fuga y captura de los convictos, indicó en conferencia de prensa el mayor Charles Guess de la policía de Nueva York.

“Tenemos un mensaje para David Sweat y Richard Matt. Estamos detrás de ustedes y no nos detendremos hasta atraparlos”, añadió.

Medios estadounidenses indicaron que el esposo de Mitchell, otro empleado de la prisión, también era investigado. Pero no ha sido acusado ni está bajo custodia, aclaró Guess.

La policía indicó que para la búsqueda se han movilizado 800 funcionarios -300 más que en un principio-, incluyendo agentes del FBI e integrantes de la guardia forestal, respaldados por helicópteros.

Una porción de la autopista estaba bloqueada por la policía mientras se realiza la búsqueda y las escuelas locales estarán cerradas hasta el lunes.

Las autoridades ofrecieron una recompensa de 100.000 dólares por información que permita el arresto de los convictos.

Guess indicó que el clima húmedo y los bosques y colinas donde se centra la búsqueda complican la caza de los fugados.

Pero eso también podría frenar su avance, sostuvo.

“Si no escaparon de la zona y no consiguieron un refugio tenemos que asumir que tienen frío, están mojados, cansados y hambrientos”, indicó, advirtiendo a la comunidad que eso los vuelve “más peligrosos y desesperados”.

Los dos asesinos integran un selecto grupo de presos que lograron fugarse de esta prisión, construida en 1845, y cuyas circunstancias han hecho recordar a películas como “The Shawshank Redemption” (Sueño de libertad, 1994) o “Escape from Alcatraz” (Alcatraz: Fuga imposible, 1979).

Los reos escaparon tras perforar las paredes de sus celdas y cortar gruesas cañerías metálicas con aparatos eléctricos, antes de abrirse camino en medio de un laberinto de túneles debajo de la cárcel y, finalmente, salir a una calle adyacente a la prisión desde una cloaca.

Allí dejaron una nota que rezaba: “Tengan un buen día”.